- 09 de noviembre de 2024
Raúl Briones, protagonista de La Cocina, aborda su experiencia al interpretar a Pedro, un migrante mexicano en Nueva York
En medio de un contexto político marcado por la reelección de Donald Trump y sus amenazas de deportaciones masivas, La Cocina, dirigida por Alonso Ruizpalacios tuvo su estreno en salas de cine mexicanos, retratando la vida de los inmigrantes que sostienen la industria restaurantera en Estados Unidos.
Raúl Briones, quien da vida a Pedro, el chef al borde del colapso en esta historia, compartió con Quinto Poder los desafíos de su interpretación y sus reflexiones sobre la experiencia migrante.
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Los desafíos detrás del personaje de Pedro
Briones confesó que uno de los retos más significativos al interpretar a Pedro fue el aprendizaje del inglés, una habilidad que desarrolló para la película.
"Uno de los retos más potentes de interpretar a Pedro y de las complicaciones que tuve que librar fue el hablar inglés... tuve que aprender para la película, afortunadamente tuve una coach increíble que se llama María Fernanda del Bosque", comentó, resaltando la similitud de su proceso con el de su personaje, quien enfrenta la barrera lingüística de los migrantes y la adaptación en un entorno hostil y desconocido.
Una de las revelaciones más impactantes del actor, fue cómo este proceso lo llevó a empatizar con Pedro y el dolor de los inmigrantes, incapaces de expresar sus emociones en su idioma natal.
"Pedro no puede llorar en español... sólo en inglés", compartió Briones, señalando que este detalle fue clave para entender la profundidad de la transformación y aislamiento que sufre su personaje. Esta barrera lingüística no solo representa un obstáculo en la comunicación, sino que muestra la lucha de muchos indocumentados que, en el proceso de adaptarse, sacrifican partes de sí mismos.
Este proceso, compartido con su coach, la actriz María Fernanda del Bosque, le permitió sumergirse en una experiencia que amplificó la comprensión de lo que es vivir como inmigrante en un país ajeno: "Estar en improvisaciones en inglés, pensando en inglés, sintiendo en inglés... tiene mucho que ver con la experiencia misma del personaje de Pedro".
Un compromiso con la causa migrante
El actor expresó que su perspectiva sobre la inmigración se profundizó a partir de este proyecto, aunque siempre ha estado comprometido con la defensa de los derechos. "Siempre he estado yo de lado del migrante y siempre estaré de lado de la humanidad y de los derechos humanos", afirmó.
Briones destacó cómo el papel de Pedro le permitió expresar su postura política de manera más vocal y visible:
"Sí me ayudó a tener una dimensión mucho más profunda de lo que implica la experiencia de migrante, aunque yo ya había hecho un proceso de investigación cuando hicimos la puesta en escena hace 14 años en el CUT de la UNAM, yo no tenía la madurez para entender lo que implica el poder de Estados Unidos ni tampoco tenía la postura política que tengo ahora, ni tampoco me había vuelto tan vocal como ahora, pero también creo que mucho se debe a Pedro, Pedro me dio la oportunidad de hablar del sistema y de señalarlo y atacarlo cuando haga falta", expresó.
El actor considera que la interpretación de Pedro se convirtió en un vehículo para visibilizar las historias de millones de trabajadores invisibles: "Pedro es un reflejo de muchos de los que están atrapados en un sistema que los necesita pero los rechaza al mismo tiempo".
El contexto político y la respuesta artística
Cuando fue cuestionado sobre la coyuntura política que rodea el estreno de la película, marcada por el retorno de Trump al poder y sus amenazas hacia la comunidad migrante, Briones aseguró que el discurso de Trump y sus promesas de medidas radicales están diseñados para capitalizar el miedo y la ignorancia de sectores de la población.
Para Briones, la estrategia de Trump, al presentar a los migrantes como una amenaza, ignora deliberadamente la realidad de un país cuya riqueza está construida sobre la labor incansable de millones de inmigrantes que operan en la sombra.
"Donald Trump está jugando con fuego [...] a Estados Unidos es el único país que no le conviene meterse con México, estamos tan entrelazados para bien y para mal que todo esto es un discurso que le conviene muchísimo a nivel político a Estados Unidos para sumarle al miedo a la ignorancia [...] que venga este señor a seguir ladrando todo lo que quiera, en realidad no podría expulsar a todos los migrantes que él dice, porque son la fuerza trabajadora que levanta Estados Unidos todos, aunque no lo quieran aceptar, la fuerza de trabajo es lo que hace ricas a las personas, la riqueza no sale de la nada sale, de la explotación de todos esos trabajadores, y eso podría colapsaría Estados Unidos.
El arte como agente de cambio
Briones concluyó la conversación reflexionando sobre el papel del arte en la transformación social y la empatía:
"Esta película es muy potente, es una película muy explosiva, es una película incómoda, es una película política, divertida, entrañable, desagradable por momentos, y creo que todo eso es simplemente una provocación igual que el mismo Pedro, y lo que Pedro está haciendo constantemente en la película es provocar al otro para causarle algo, lo que sea, felicidad, excitación, disgusto, lo que sea, es un nombre que dentro de la maquinaria de una cocina, en una industria tan cruel como lo es la industria de restaurantera en una en la capital del capitalismo que es Nueva York", expresó.
Para él, La Cocina es un grito de resistencia y humanidad, un recordatorio de que detrás del caos y la maquinaria laboral hay personas que sueñan, luchan y sobreviven.
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