El 9 de enero de 2007 Steve Jobs presentó al mundo el primer iPhone, un teléfono que revolucionó el mercado por contar con su propio sistema operativo y que continúa siendo uno de los más costosos, lamentablemente su creador no pudo gozar de todo el éxito que tuvo Apple y su smartphone, pues falleció el 5 de octubre de 2011 cuando tenía tan solo 56 años de edad.
Steve Jobs falleció de un paro respiratorio tras 8 años de lucha contra un cáncer páncreas, que le fue diagnosticado en 2003, y su muerte resultó trágica no solo para el gremio de la tecnología, sino para el mundo de la medicina, pues se pudo evitar si el empresario no hubiera tomado una decisión errónea cuando recibió el diagnóstico.
Según ha declarado David Augus, el oncólogo de Steve Jobs, el gurú tecnológico fue diagnosticado en 2003 con un tipo raro de cáncer de páncreas, causado por un tumor neuroendocrino, que puede ser curado si se elimina con una cirugía y no es necesario recibir quimioterapia o radioterapia si se detecta a tiempo, pero el empresario rechazó la operación al considerarla invasiva y cuando llegó a atenderse con él ya era demasiado tarde.
Jobs practicaba el budismo y durante varios meses optó por seguir terapias alternativas para tratar su enfermedad basadas en: dietas, acupuntura y retiros espirituales. Cuando finalmente tomó la decisión de operarse, en 2004, el cáncer ya se le había extendido y le hizo metástasis en el hígado.
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No obstante el creador de Apple todavía logró vivir varios años más tras su diagnóstico y presentar nuevos inventos como el iPhone. En 2009 recibió un trasplante de hígado, que le dio nuevas esperanzas de vida, y el propio Tim Cook, actual CEO de Apple, se ofreció a ser el donante.
A pesar de que el trasplante parecía haber sido exitoso, en 2011 el cáncer regresó y le hizo metástasis en los huesos y otras partes del cuerpo, lo que ocasionó la muerte del creador del iPhone. De acuerdo con Walter Isaacson, su biógrafo oficial, Steve Jobs le confesó que se arrepentía de haber retrasado la operación para tratar el cáncer de páncreas, que lo pudo haber salvado.
El día que Steve Jobs renunció a Apple
Fue el 24 de agosto de 2011, dos meses antes de muerte, que Steve Jobs presentó su renuncia formal como CEO de Apple y le dejó el lugar a Tim Cook. Por medio de una carta informó que ya no podía cumplir con sus obligaciones, pero pidió al Consejo que le permitieran seguir como presidente del Consejo de Administración, consejero y empleado de Apple.
"Siempre he dicho que si alguna vez llegaba un día en el que ya no pudiera cumplir con mis obligaciones y expectativas como CEO de Apple, yo sería el primero comunicarlo. Desafortunadamente, ha llegado ese día(...) Creo que los días más brillantes e innovadores de Apple están aún por llegar. Y espero ver y contribuir a su éxito desde esta nueva función", escribió en su renuncia.