- 13 de septiembre de 2024
Luego del accidente, la influencer de belleza, Tonya Meisenbach, tuvo que ser sometida a diversas operaciones valoradas en más de 2.9 millones de dólares
Una mujer reveló cómo perdonó a su esposo luego de que este accidentalmente le prendiera fuego en una parrilla que la dejó con quemadoras en todo el cuerpo; hecho que la obligó a someterse a diversas cirugía reconstructivas valoradas en más de 2.9 millones de dólares.
La influencer de belleza, Tonya Meisenbach, de 48 años, recordó en sus redes sociales cómo "se incendió como un fósforo" después de que su esposo Donald accidentalmente le vertiera líquido para encendedores mientras intentaba prender el fuego de la parrilla. El líquido le salpicó en el brazo, la cara y el cabello, lo que provocó que se incendiara.
"Cuando volví a salir, me acerqué para poner la carne en la parrilla. Mi esposo todavía estaba encendiendo el fuego, pero no me di cuenta. Echó el líquido para encendedor, que golpeó mi cabello, mis brazos y mi ropa", narró la influencer.
La mujer, residente de Georgia, Estados Unidos, fue trasladada inmediatamente a un hospital; debido a que sus quemaduras eran muy graves y que cubrían el 35 por ciento de su cuerpo. La influencer tuvo que ser sometida a un estado de coma a través de medicamentos y permaneció así por dos largos meses.
Mientras Tonya estuvo inconsciente, los médicos le realizaron diversas operaciones, incluido un injerto de piel en toda la cara. En total, la influencer permaneció en el hospital durante seis meses, mientras que su esposo, devastado, permaneció a su lado cuidándola.
"Toda la piel que ves en mí, nada de eso es mi piel quemada. Esa piel estaba demasiado quemada para ser recuperada. Incluso mi cara es un injerto de piel completo. Cuando me desperté, pasé un mes tratando de orientarme trabajando con fisioterapeutas. Todos mis músculos se habían atrofiado. No podía caminar, no podía comer. Ni siquiera podía moverme en la cama", expresó.
A más de tres años del accidente, Tonya aseguró que ha perdonado a su esposo, pues él estuvo con ella en cada una de sus operaciones y la ha cuidado desde entonces.
"Mi esposo fue increíble: estuvo conmigo todo el tiempo. Estuvo ahí para mí en el hospital durante los seis meses, y luego aprendió a administrar mi medicamento, limpiar mis heridas y bañarme, todo", narró.
Añadió que su hija, que había estado estudiando para convertirse en veterinaria, decidió convertirse en enfermera después de ver el apoyo que el hospital le había brindado a su madre, pues según contó, el hospital donde fue atendida aportó 2.3 millones de dólares para que pudiera avanzar con su tratamiento.
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