Edward Herbert Thompson controló Chichén Itzá durante 30 años, tiempo que, según reportes, aprovechó para saquear el recinto arqueológico.
Si entraste aquí, seguramente te causa curiosidad el patrimonio histórico de México, ya sea por su relevancia a nivel cultural o como parte su identidad. Tristemente, a finales del siglo XIX, México tenía problemas sociales y económicos, por lo que la protección de las piezas arqueológicas no era un tema prioritario.
Bajo este panorama, no es difícil entender cómo Edward Herbert Thompson pudo comprar el terreno que incluía el Cenote Sagrado de Chichén Itzá por tan sólo 300 pesos de esa época.
Asi fue como, teniendo bajo su control dicho terreno, Edward Herbert Thompson consiguió una draga para obtener los tesoros arrojados durante siglos con fines rituales al fondo del cenote sagrado.
De esta manera, Edward Herbert Thompson consiguió durante 30 años un estimado de 30 mil piezas arqueológicas mayas que enviaba a Estados Unidos para ser vendidas o regaladas.
Fue en 1893 cuando Thompson adquirió la hacienda Chichén Itzá, que está a un lado de la zona arqueológica. Durante 30 años no tuvo ningún inconveniente en sacar piezas de México a cambio de sobornos a servidores públicos corruptos.
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Pero fue el exceso de confianza de Edward Herbert Thompson y una denuncia del arqueólogo Teoberto Maler lo que terminó con su negocio y carrera.
Según información del arqueólogo Rafael Cobos, el trono del jaguar rojo maya ya estaba listo para ser embarcado y sacado de México, pero gracias a la denuncia de Teoberto Maler, arqueólogo austriaco que vivía en Yucatán, fue que se impidió el robo.
Gracias a Teoberto, se avisó a las autoridades mexicanas del saqueo y sólo así se impidió que Thompson robara otra pieza arqueológica importante.
Teoberto Maler fue uno de los mayores críticos del saqueo de Edward Herbert Thompson, a tal nivel que emprendió una denuncia a gran escala que llegó a los medios de comunicación de la época y ante las autoridades de México.
Tristemente, mucho de este patrimonio ahora forma parte de museos en Estados Unidos, otras piezas están en colecciones privadas, y sólo unas cuántas piezas fueron regresadas gracias a la intervención del INAH.
El historiador Pedro Castro Martínez publicó El fabuloso saqueo del cenote sagrado (2016, Tirant Humanidades/UAM Iztapalapa), y en su trabajo relata de forma crítica el poco interés del Estado mexicano en recuperar este patrimonio.
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También hay un documental narrado por el escritor Juan Villoro y producido por el UNAH y Canal 22, que dan mayores detalles de este hecho histórico.
Estos documentos son valiosos, ya que ayudan a crear conciencia sobre la importancia de preservar el patrimonio arqueológico cuando visitamos lugares históricos, y así futuras generaciones lo puedan disfrutar igual que tú ahora.
Aquí puedes ver el documental con mayor información al respecto si lo deseas.