- 18 de diciembre de 2025
Drones, inteligencia y entrenamiento marcan el nuevo acuerdo de seguridad entre México y EE.UU. frente al narco.

Los ataques con drones usados por el crimen organizado se han convertido en una nueva preocupación para México y Estados Unidos. Ante este escenario, ambos gobiernos acordaron reforzar la cooperación en seguridad fronteriza, compartir más información de inteligencia y coordinar entrenamientos entre fuerzas especiales, todo bajo la premisa, subrayada por el gobierno mexicano, de que la soberanía nacional no será vulnerada.
La presidenta Claudia Sheinbaum explicó que el acuerdo forma parte de reuniones periódicas entre ambos países y que cada punto fue definido con reglas claras. "En todos los acuerdos se hace énfasis en la garantía de la soberanía de nuestro país", afirmó durante su conferencia matutina, luego de que surgieran dudas sobre el alcance de la colaboración con Estados Unidos.
Drones: la nueva herramienta del crimen
Durante los encuentros bilaterales, autoridades estadounidenses mostraron especial interés en el uso de drones por parte de los cárteles. De acuerdo con Sheinbaum, este tema no había sido tratado antes de forma directa y representa un riesgo tanto para México como para Estados Unidos.
Por ello, el nuevo acuerdo contempla un mayor intercambio de inteligencia y la conexión de plataformas de análisis para detectar desde dónde operan estos dispositivos y responder a posibles ataques. La presidenta aclaró que estas herramientas no estarán instaladas de manera permanente en México y que su uso se hará solo cuando el gobierno mexicano lo solicite.

El acuerdo del SIG y el foco en el fentanilo
El entendimiento se alcanzó durante la segunda reunión del Grupo de Implementación de Seguridad (SIG), realizada el 11 de diciembre en la Ciudad de México. Además del tema de los drones, ambos gobiernos acordaron acelerar extradiciones, fortalecer el decomiso de bienes y avanzar en investigaciones sobre el robo de combustible, delitos ligados al financiamiento del crimen organizado.
Estados Unidos destacó que una de las prioridades es frenar el tráfico de fentanilo. Esto ocurre en un contexto de endurecimiento de la política antidrogas, luego de que el presidente Donald Trump declarara esta sustancia como un "arma de destrucción masiva" y clasificara a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
Sheinbaum señaló que su gobierno analizará las implicaciones de esa medida y recordó que el fentanilo también tiene usos médicos legales. Además, reiteró que México no permitirá ningún tipo de intervención extranjera en su territorio.
Entrenamiento conjunto con fuerzas élite
Como parte de esta cooperación, la presidenta solicitó al Senado autorizar el ingreso temporal de 29 militares de Estados Unidos para realizar entrenamientos con la Armada de México. El grupo estaría integrado por 19 Navy SEAL´s y 10 elementos del Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales.
El documento enviado al Congreso aclara que su participación será únicamente para capacitación y no para operativos contra el crimen. La estancia se contempla del 19 de enero al 15 de abril de 2026 y las actividades se realizarán solo en instalaciones navales mexicanas, en el Estado de México y Campeche.
El programa, llamado "Mejorar la Capacidad de las Fuerzas de Operaciones Especiales", incluye ejercicios terrestres, aeromóviles y maniobras marítimas, con el objetivo de fortalecer las habilidades de las fuerzas mexicanas y mejorar la coordinación entre ambos países.

Seguridad compartida, soberanía intacta
El acuerdo también contempla que marinos mexicanos viajen a Estados Unidos para recibir adiestramiento especializado en Camp Shelby, Mississippi, durante los primeros meses de 2026. Este intercambio forma parte de una estrategia de cooperación bilateral más amplia en materia de seguridad.
A diferencia de otros países de la región, el gobierno mexicano detalló el número de militares, las fechas y los lugares donde se realizarán los ejercicios, con el fin de mantener un control claro sobre la presencia de personal extranjero.
La próxima reunión del Grupo de Implementación de Seguridad está prevista para enero de 2026. Ahí se evaluarán los avances del acuerdo y su impacto en la frontera.
Mientras tanto, el gobierno de Claudia Sheinbaum insiste en un mensaje central: México y Estados Unidos trabajarán juntos frente a las nuevas amenazas del crimen organizado, pero sin perder el control de las decisiones ni permitir acciones fuera de los acuerdos establecidos.
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