- 02 de enero de 2025
Cluadia Sheinbaum desmintió el artículo del NYT que asegura la existencia de un laboratorio rudimentario de fentanilo en Culiacán
Claudia Sheinbaum desmintió recientemente un reportaje publicado por The New York Times, en el que se aseguraba que un laboratorio en Culiacán, Sinaloa, producía fentanilo en condiciones rudimentarias. La mandataria, respaldada por expertos en salud y seguridad, no solo calificó las afirmaciones del diario como inverosímiles, sino que también las vinculó con una narrativa que, según su gobierno, carece de sustento técnico y científico.
Este episodio no es aislado. Desde que asumió la presidencia, Sheinbaum ha enfrentado varios señalamientos provenientes de medios internacionales, en particular de The New York Times, que han puesto bajo escrutinio temas como la producción de drogas sintéticas y la infiltración del crimen organizado.
En cada caso, la administración mexicana ha respondido con argumentos que buscan desacreditar dichas publicaciones, señalándolas como poco objetivas y, en algunos casos, desinformativas.
Sheinbaum desmiente nota de The New York Times
Las autoridades mexicanas han señalado inconsistencias fundamentales en las pruebas presentadas por el NYT, calificando el reportaje como "poco creíble". Con una batería de datos técnicos y científicos, los funcionarios desmintieron que las condiciones observadas en las imágenes y videos del medio estadounidense sean siquiera compatibles con la síntesis de esta droga sintética, conocida por su alta letalidad.
- Inconsistencias científicas y técnicas
El director general del IMSS-Bienestar, Alejandro Svarch Pérez, subrayó que la producción de fentanilo requiere estrictos estándares de seguridad y tecnología especializada. En su explicación, describió el alto riesgo que implica manipular esta sustancia, dado que una dosis mínima puede resultar letal al contacto o inhalación. "Si hubiera sido fentanilo lo que estaban produciendo, el operador habría caído fulminado en menos de 30 segundos debido a los vapores tóxicos", señaló.
El análisis presentado por Juana Peñaloza Ibarra, química de la Secretaría de Marina, reforzó estos señalamientos. Según Peñaloza, el supuesto laboratorio mostrado en el reportaje carecía de precursores esenciales como 4ANPP y cloruro de propionilo, además de sistemas de ventilación y equipos de protección adecuados. "Lo observado parece más una puesta en escena que un laboratorio real", concluyó.
Inconsictencias en artículo de NTY:
- Ausencia de precursores clave: No se mencionan ni se observan compuestos esenciales como 4ANPP, anilina o cloruro de propionilo, necesarios para la producción de fentanilo.
- Falta de protección personal: Los supuestos "cocineros" solo usan cubrebocas de tela y guantes de látex, insuficientes para evitar intoxicaciones.
- Entorno inadecuado: La cocina improvisada mostrada carece de los sistemas de ventilación y control requeridos para manejar sustancias tóxicas.
La presidenta Claudia Sheinbaum calificó el artículo del NYT como un ejemplo de información que carece de sustento técnico. "Lo que estamos planteando aquí es la publicación de un artículo [...] relacionado con temas de fabricación, producción de drogas. Estamos aquí hablando de cómo se producen estos artículos, a partir de información que no es creíble", expresó Sheinbaum.
Enfrentamientos previos de la 4T con el NYT
En diciembre de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum desmintió otro artículo del medio estadounidense, en el que se aseguraba que estudiantes universitarios mexicanos estaban siendo reclutados por el Cártel de Sinaloa para fabricar fentanilo.
El reportaje detallaba que jóvenes estudiantes de química, con la promesa de salarios mensuales entre 800 y 1,000 dólares, eran contratados para trabajar en laboratorios clandestinos desarrollando versiones más potentes de fentanilo y explorando alternativas a los precursores químicos importados de Asia. Sin embargo, la mandataria calificó estas afirmaciones como infundadas e inspiradas en la ficción.
"Esto que sale en el New York Times de que son jóvenes mexicanos, estudiantes de química, que están desarrollando drogas, no necesariamente [es cierto]. A lo mejor lo sacaron de una serie de televisión de Estados Unidos", declaró Sheinbaum, en clara referencia a Breaking Bad, una popular producción que retrata a un profesor de química involucrado en la fabricación de drogas.
Sheinbaum enfatizó que no existía evidencia oficial que respaldara el artículo, y que el supuesto fenómeno de jóvenes reclutados era más una construcción narrativa que una realidad comprobada. Durante su conferencia, la presidenta señaló que había consultado a su gabinete de seguridad, así como a expertos en el tema, sin encontrar información que validara las acusaciones publicadas.
"Hoy pregunté en el gabinete y no hay información sobre esto. Lo único que he visto es una serie muy conocida que recibió muchos premios en Estados Unidos", ironizó la mandataria.
Acusaciones contra AMLO
La guerra contra el NYT no comenzó con Sheinbaum. El ex presidente Andres Manuel López Obrador también tuvo que enfrentar diversos artículos en su contra, en donde se le acusaba de tener nexos con el Cártel de Sinaloa.
En febrero de 2022, un reportaje firmado por los periodistas Alan Feuer y Natalie Kitroeff vinculó a cercanos de AMLO con cárteles de la droga, señalando posibles nexos entre aliados políticos del mandatario e Ismael "El Mayo" Zambada, líder del Cártel de Sinaloa. Además, acusaron a presuntos colaboradores de haber recibido financiamiento del crimen organizado durante la campaña presidencial de 2018 y del 2006.
Según el reportaje, los investigadores estadounidenses rastrearon testimonios que apuntaban a pagos millonarios de cárteles a intermediarios vinculados a AMLO. También mencionaron que existían grabaciones en poder de estas organizaciones criminales que supuestamente mostraban a los hijos del entonces presidente electo recibiendo dinero ilícito.
No obstante, López Obrador negó rotundamente estas acusaciones, calificando al medio como "calumniadores profesionales de fama mundial".
Las acusaciones no se tradujeron en una investigación formal contra López Obrador. Según reportes posteriores, las autoridades estadounidenses archivaron el caso debido a la falta de pruebas concluyentes y la dificultad de corroborar la información proporcionada por los informantes anónimos.
Entre las afirmaciones del reportaje, se incluyeron supuestas reuniones entre asesores de AMLO y líderes de cárteles, así como pagos realizados con el objetivo de influir en decisiones políticas. Sin embargo, ninguna de estas acusaciones fue sustentada con pruebas verificables, y las autoridades concluyeron que no había evidencia suficiente para presentar cargos.
La relación entre los gobiernos de la 4T y el NYT ha estado marcada por desmentidos, acusaciones de parcialidad y cuestionamientos a la ética periodística del medio.
Tanto Sheinbaum como López Obrador han señalado lo que perciben como un patrón en los reportajes del NYT: historias basadas en información no corroborada que buscan desacreditar a las autoridades mexicanas y generar una percepción negativa en el ámbito internacional.
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