- 01 de octubre de 2024
El Congreso de la Ciudad de México da un paso histórico para combatir los transfeminicidios
En un acto histórico y sin precedentes, el Congreso de la Ciudad de México ha aprobado la Ley Paola Buenrostro, una legislación pionera que busca combatir y sancionar de manera ejemplar los transfeminicidios. Esta ley representa un avance significativo en la lucha por los derechos de las personas transgénero, estableciendo penas severas para aquellos que cometan este atroz crimen.
¿Qué establece la Ley Paola Buenrostro?
La Ley Paola Buenrostro define el delito de transfeminicidio como aquel acto en el que una persona, motivada por la identidad o expresión de género, priva de la vida a una mujer trans o a alguien cuya identidad o expresión de género se alinee con el espectro femenino. Este reconocimiento es crucial, pues visibiliza la violencia específica que sufren las mujeres trans y las personas de género no conforme.
Uno de los aspectos más innovadores de esta ley es el protocolo para la entrega de los cuerpos de las víctimas. Si el cadáver de una persona trans no es reclamado por familiares consanguíneos, o si se considera que dichos familiares podrían vulnerar la identidad o expresión de género de la víctima, el cuerpo será entregado a una "familia social". Este término se refiere a las personas más cercanas a la víctima, tales como amistades, compañeros de trabajo o de vivienda, quienes respeten y reconozcan la identidad de género de la persona fallecida.
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Este enfoque no solo busca proteger la dignidad de las víctimas en la muerte, sino también asegurar que su identidad y expresión de género sean respetadas hasta el último momento.
El Congreso de la CDMX ha enfatizado que las mujeres trans merecen justicia, dignidad, visibilidad, memoria y restauración. La aprobación de esta ley es solo el primer paso de un largo camino hacia el reconocimiento y protección de sus derechos. La Ley Paola Buenrostro contempla penas de 35 a 70 años de prisión para quienes cometan transfeminicidio, enviando un mensaje claro de que estos crímenes no quedarán impunes.
Ana Francis López, diputada que presentó el dictamen, subrayó la importancia de esta legislación afirmando: "Legislar el transfeminicidio representa un reconocimiento oficial de esta forma específica de violencia de género, evidenciando su existencia y su gravedad".
La aprobación de la Ley Paola Buenrostro no solo modifica el Código Penal de la Ciudad de México, sino también la Ley de Víctimas, el Código Civil y la Ley Orgánica de la Fiscalía capitalina. Estas modificaciones son fundamentales para asegurar que el marco legal esté alineado con la nueva legislación y que los crímenes de odio contra las mujeres trans sean perseguidos y sancionados de manera efectiva.
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Además, esta ley establece precedentes importantes que podrían inspirar a otros estados de la República Mexicana a adoptar medidas similares. La visibilización y penalización de los transfeminicidios son pasos esenciales para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
La Ley Paola Buenrostro no solo busca castigar a los perpetradores de transfeminicidios, sino también generar un cambio cultural y social profundo. La visibilización de estos crímenes y su reconocimiento legal son cruciales para combatir la discriminación y violencia sistémica que enfrentan las personas trans en México.
El trabajo no termina con la aprobación de esta ley. Es vital continuar con la educación y sensibilización de la sociedad sobre la importancia de respetar y proteger los derechos de las personas trans. Las instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía en general tienen un papel crucial en este proceso.
¿Quién era Paola Buenrostro?
Paola Buenrostro, una mujer transgénero originaria de Campeche, ejercía el trabajo sexual en la Ciudad de México. La madrugada del 30 de septiembre de 2016, cuando tenía 25 años, un hombre que contrató sus servicios le quitó la vida. Según los testimonios de esa noche, Paola abordó el automóvil en el que viajaba Arturo Felipe "N" en la zona de Puente de Alvarado e Insurgentes, en la alcaldía Cuauhtémoc. Testigos indicaron que, al percatarse de que Paola era una mujer trans, el hombre sacó un arma de fuego y le disparó a quemarropa.
Las compañeras de Paola, entre ellas la activista Kenya Cuevas, presenciaron la agresión, pero no pudieron evitar que su amiga perdiera la vida. Arturo Felipe "N" fue detenido por las mismas trabajadoras sexuales que facilitaron su aprehensión. Sin embargo, el juez Gilberto Cervantes Hernández lo dejó en libertad tras 48 horas, argumentando que faltaban elementos concluyentes para determinar su culpabilidad. Desde entonces, Kenya Cuevas y otras activistas trans han impulsado la legislación que lleva el nombre de Paola Buenrostro para castigar estos crímenes de odio. En 2018, Kenya fundó la asociación Casa de las Muñecas Tiresias.
Un día antes de cumplirse tres años del crimen, la entonces fiscal general de la CDMX, Ernestina Godoy Ramos, ofreció una disculpa pública y el caso de Paola se convirtió en el primer caso reconocido como transfeminicidio. En febrero de 2024, los restos de Paola Buenrostro fueron trasladados al Mausoleo Tiresias, un espacio ubicado en la alcaldía Iztapalapa que busca reconocer y dignificar la vida de las mujeres trans víctimas de violencia.
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