- 14 de diciembre de 2024
Desde apariciones en portadas de revistas y fiestas en el extranjero hasta el uso de lugares inapropiados, las polémicas bodas de funcionarios y políticos que han violado los principios de austeridad gubernamental.
La boda de Martín Alonso Borrego Llorente, ex jefe de Oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y su esposo Ionut Marian Vâlcu, ha generado gran controversia debido al uso del Museo Nacional de Arte (MUNAL) para celebrar su enlace matrimonial.
El recinto cultural fue solicitado bajo la vía institucional, presuntamente para conmemorar el 89 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y Rumanía, pero en realidad, la solicitud sirvió como fachada para llevar a cabo la boda con un representante diplomático. Este hecho desató una ola de críticas por el uso indebido de un espacio histórico.
Caso MUNAL: una boda disfrazada de evento diplomático
De acuerdo con las investigaciones, el 4 de octubre, solo tres días después de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, Borrego celebró el evento en el MUNAL, el cual estuvo marcado por varios elementos típicos de una boda: alrededor de 70 invitados, fotos de los novios, canapés, vino, cócteles y arreglos florales. Así como una invitación a la boda que incluía un código para una mesa de regalos en Palacio de Hierro y una cuenta bancaria en Rumania, donde los invitados podían depositar en euros.
Ante las críticas y contradicciones generadas, Borrego Llorente presentó su renuncia al cargo que ocupaba en la Secretaría del Medio Ambiente, donde formaba parte del equipo de la excanciller y titular de Semarnat, Alicia Bárcena.
En una nota aclaratoria, Bárcena afirmó que "no autorizó ni fue informada" sobre la solicitud realizada por su exjefe de Oficina durante su tiempo en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Sin embargo, la funcionaria también fue captada en fotografías del evento, lo que ha incrementado aún más la controversia.
El escándalo fue tal que incluso llegó a Palacio Nacional, donde la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que los funcionarios públicos de todos los niveles deben regirse por los principios de austeridad y congruencia con el movimiento que representan. "No deben usarse espacios públicos para ninguna conmemoración, celebración o actividad", reprobó la mandataria.
Aunque el Órgano de Control Interno de la SRE informó que ya se inició una investigación por el uso indebido del recinto, es importante señalar que este caso no es aislado. En el pasado, bodas de otros funcionarios federales y capitalinos han generado escándalos públicos, algunos de los cuales incluso llevaron a renuncias. A continuación, te presentamos otros casos que también causaron gran revuelo.
Santiago Nieto: el escándalo en Guatemala
La boda de Santiago Nieto, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con la Consejera del INE, Carla Humphrey, generó un gran escándalo y le costó su puesto en el gobierno. La celebración tuvo lugar en el lujoso Hotel Casa Santo Domingo, un lugar catalogado como un paraíso en Guatemala.
El compromiso salió a la luz cuando varios invitados fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional La Aurora de Guatemala. Al menos 10 personas viajaban en un jet privado con miles de dólares, lo que levantó sospechas sobre la naturaleza del evento y su relación con las políticas de austeridad que Nieto defendía mientras estuvo al frente de la UIF.
El Hotel Casa Santo Domingo, conocido por sus suites de lujo, jardines, piscinas, gimnasios, centro de negocios y galerías de arte, contrastaba con los principios de austeridad que Nieto promovía desde su cargo en el gobierno.
Como consecuencia del evento, tanto Paola Félix Díaz y Santiago Nieto renunciaron a sus cargos por el escándalo que provocó la boda, a la que fueron algunas figuras como Layda Sansores, gobernadora de Campeche, la panista Josefina Vázquez Mota y la ministra Yasmín Esquivel.
César Yáñez: la boda que incomodó a AMLO
En septiembre de 2018, meses después de la victoria electoral de AMLO, César Yáñez, uno de los hombres más cercanos al presidente, celebró su boda con Dulce María Silva en la Capilla del Rosario, ubicada en Puebla. El evento, que resultó ser un despliegue de lujo, contó con una lista de aproximadamente 600 invitados, entre los que destacaron el propio presidente López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller.
La revista ¡Hola! compartió detalles de la exclusiva celebración, que incluyó un menú con platillos como langosta con escamoles, filete de res, ensalada de camarones y espárragos, entre otros manjares. Para amenizar la fiesta, Los Ángeles Azules ofrecieron un show en vivo, lo que añadió aún más glamour al evento. Además, la novia lució un elegante vestido diseñado por Benito Santos, cuyo valor se estimó en al menos 100 mil pesos.
La boda también contó con la presencia de figuras prominentes de la 4T, como el diputado federal Ricardo Monreal y el extitular de la CFE, Manuel Bartlett. La presencia de López Obrador en el evento generó interrogantes por parte de la prensa, a lo que el presidente respondió que no se trató de una "acción de gobierno", sino de un evento "social" y "privado".
Sin embargo, la lujosa celebración y los vínculos políticos que involucraron a varios altos funcionarios de su administración desataron una serie de críticas sobre las contradicciones entre los principios de austeridad de la 4T y el derroche que representaba la boda.
La boda de Paola Félix Díaz: polémica en plena pandemia
En enero de 2021, durante la segunda ola de covid-19, el gobierno de la Ciudad de México implementó estrictas medidas restrictivas para contener el avance del virus. Sin embargo, en medio de este panorama, Paola Félix Díaz, quien en ese momento era titular del Fondo Mixto de Promoción Turística, celebró su boda en una iglesia de Lomas de Chapultepec.
El evento generó controversia cuando se descubrió que varios de los invitados no usaban cubrebocas, a pesar de que en ese momento era obligatorio en todos los espacios públicos y reuniones. Aunque existía un acuerdo de confidencialidad sobre la boda, algunos asistentes compartieron detalles en redes sociales, lo que evidenció el uso del espacio religioso por parte de una funcionaria del gobierno capitalino, lo que suscitó aún más críticas.
Paola Félix Díaz se disculpó públicamente diciendo: "Asumo mi responsabilidad. Lamento profundamente si causó suspicacia o incomodidad a alguien, reitero que mi unión matrimonial se llevó a cabo en estricta observancia de las normas sanitarias".
A pesar de la polémica, la funcionaria mantuvo su puesto y, en septiembre de ese mismo año, fue designada por la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, como secretaria de Turismo de la Ciudad de México. Este incidente se convirtió en uno de los ejemplos más comentados de la contradicción entre las medidas sanitarias impuestas por el gobierno y las acciones de sus propios funcionarios.
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