En la carretera federal Tamzunchale-Huejutla, en San Luis Potosí, los automovilistas se pueden encontrar con un puesto de raspados, el cual es atendido por una joven de apenas 17 años llamada Esmeralda, quien ahorró la beca que le dio el gobierno federal para poner un negocio y asegurarse "un futuro".
Esmeralda Guadalupe, quien todavía no llega a la mayoría de edad, comentó que con el negocio busca obtener ingresos y así pagar una carrera universitaria. Ella sueña con ser doctora. En el futuro, cuando cumpla su meta, piensa dejarle el local a sus padres.
La joven explicó, en entrevista dada a El Universal, que ahorró lo de cinco becas (alrededor de 17 mil pesos) para poner el local. Cada día, tiene cerca de 70 clientes, a quienes ofrece una amplia variedad de raspados: fresa, mango, piña, sandía y tamarindo.
Antes, Esmeralda había vendido chicharrones preparados y papas fritas en el centro del poblado de Chapulhuacanito -de donde es originaria- para obtener más ganancias y, poco a poco, tener lo suficiente para poner el puesto de raspados.
"Con ese dinero (el de las becas), puedes tener más dinero", recomendó Esmeralda a los 3 millones 837 mil alumnos de educación básica y a los 819 mil de educación media que reciben la Beca Benito Juárez.
La iniciativa de Esmeralda llena de orgullo a su madre, quien la reconoce por ser una buena alumna y una joven responsable. "Uno como padre tiene que impulsarlos para que cumplan sus sueños", destacó.
No es la primera vez que se da un caso así: en diciembre de 2019, tres jóvenes de Chiapas llamaron la atención de la ciudadanía, tras juntar sus respectivas becas y poner un puesto de hamburguesas, el cual atendían todos los días en un horario de 18:30 a 23:00 horas.
