Cuatro personas con trajes protectores, máscaras faciales y gafas desfilaron en la ciudad de Jingxi, provincia de Guangxi, región al sur de China, mientras portaban pancartas con sus nombres, según reportaron videos difundidos en redes sociales y medios internacionales.
Aunque fueron exhibidos principalmente por estar acusados de cometer "contrabando de personas a través de la frontera", también se usaron como ejemplo de lo que podría suceder en caso de violarse las medidas de prevención ante la pandemia de COVID-19, informó el medio digital Zhengguang News.
La región se ha visto presionada en contener los casos importados de COVID-19 y limita con Vietnam, un país que ha experimentado preocupantes olas de contagios.
"Los desfiles de la vergüenza son una mala práctica utilizada en el período turbulento que causó un gran daño al país y a la gente", consideró un usuario de Weibo, red social china, refiriéndose a la 'turbulencia de una década', o Revolución cultural ocurrida en el país entre 1966 y 1976.
Pese a críticas, se mantiene decisión
El gobierno local de Jingxi pareció reafirmar su decisión. La policía local considera este tipo de acciones como una "advertencia disciplinaria" en el que se podría considerar la inclusión de la información personal además de divulgar los delitos cometidos entre los conocidos de los acusados.
"Ellos violaron la ley y no hicimos nada inapropiado. Simplemente los castigamos según lo requerido ", afirmó un servidor público ante el diario chino South Morning China Post.