La infusión de cáscara de naranja es un gran aliado contra algunos padecimientos; como la inflamación; puedes rallar la cáscara de naranja y dejarla secar; posteriormente agrega una cucharada de este polvo en una taza de agua hirviendo.
De esta manera consumes hesperidina y polimetoxiflavonas que te ayudarán con los dolores de articulaciones y artritis.
Este remedio también es gran aliado para combatir los problemas de azúcar en sangre y digestivos, la pectina contenida en la piel de naranja estabiliza los niveles de glucosa y actúa como probiótico que protege el aparato digestivo.
La cáscara de naranja contiene más vitamina C que la propia pulpa y jugo de naranja; por lo que agregar ralladura de naranja a tu té o incluso elaborar con ella una deliciosa mermelada te permitirá aprovechar sus beneficios.
Si alguna vez necesitas refrescar tu aliento después de una comida, y no traes cepillo de dental; utiliza pequeños trozos de cáscara de naranja para frotar tus dientes o mastícalos para lograr disimular las evidencias de ese filete al mojo de ajo.
Si lo tuyo es la comida gourmet, puedes aprovechar la cáscara de naranja rallada y mezclarla con aceite de oliva para aderezar tus ensaladas, carnes o pastas; recuerda evitar la parte blanca de la cáscara que puede agregar un sabor amargo a tus platillos.
A la hora de relajarte en tu bañera, puedes agregar unas gotas de cascara de naranja macerada en alcohol por tres días para extraer su esencia; sus propiedades antiinflamatorias y relajantes mejoran la textura de la piel.
En caso de caspa también puedes macerar durante la noche, la cascara de naranja triturada en agua; por la mañana aplica el líquido como enjuague capilar y verás los resultados.