- 01 de octubre de 2024
El no ceder el paso a un transeúnte en la Ciudad de México es motivo de infracción
La Ciudad de México, una de las urbes más densamente pobladas del mundo, enfrenta diariamente el reto del exceso de tránsito. En este contexto, es fundamental recordar que el Reglamento de Tránsito de la capital no solo se dirige a los conductores, sino también a ciclistas y peatones. Estos últimos tienen el derecho de exigir que se les ceda el paso, y la falta de cumplimiento por parte de los conductores puede acarrear sanciones significativas.
La educación vial es esencial para garantizar la seguridad en la vía pública. Este conjunto de conocimientos, normas y prácticas busca promover comportamientos responsables entre todos los usuarios de las calles, incluidos conductores, ciclistas y peatones. Su principal objetivo es reducir los accidentes de tráfico y mejorar la convivencia en la ciudad.
En la Ciudad de México, las infracciones de tránsito no son pocas, y las sanciones pueden variar desde multas económicas hasta penalizaciones administrativas. Entre las infracciones más comunes se encuentran:
- Exceso de velocidad
- No usar el cinturón de seguridad
- Conducir en estado de ebriedad
- Estacionarse en lugar prohibido
- Circular en el carril exclusivo para transporte público
- No respetar el semáforo en rojo
- Falta de verificación vehicular
Sin embargo, una infracción menos conocida pero igualmente importante es la de no ceder el paso a los peatones.
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¿Cuáles son las multas por no ceder el paso a peatones?
El no ceder el paso a un transeúnte en la Ciudad de México es motivo de infracción. Esta falta se castiga con una multa que oscila entre 10 y 20 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), cuyo valor en 2024 es de 108.57 pesos. Esto significa que un conductor podría enfrentar una sanción que va desde mil 85.70 hasta dos mil 171.40 pesos.
Además de la multa económica, el conductor infractor podría perder puntos en su licencia de conducir, lo que en casos graves podría derivar en la suspensión o revocación de la misma. También, si la infracción es considerada grave, el vehículo podría ser remitido al corralón, lo que generaría costos adicionales para recuperar la unidad.
No pagar las infracciones de tránsito en la Ciudad de México puede acarrear consecuencias serias. Entre ellas, se incluyen recargos y multas adicionales, problemas para realizar trámites como la tenencia y verificación, e incluso el embargo del vehículo. En situaciones extremas, los conductores pueden enfrentar problemas legales que complican aún más su situación.
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