Escopolamina en México: la sustancia que se ha vuelto común para robar a los jóvenes en los antros

El oscuro espectro de la escopolamina se cierne sobre los antros de México, donde lo que debería ser una noche de diversión se transforma en un riesgo inminente. La droga, conocida por su capacidad para borrar recuerdos y causar sumisión total, ha ganado terreno en la escena nocturna, alimentando casos de intoxicación y robos. En esta nota te relataremos lo inquietante del tema y exploraremos cómo la escopolamina, también llamada "burundanga", se ha convertido en una amenaza cada vez más común en los lugares de entretenimiento mexicanos.

El suministro de sustancias químicas en bebidas de clientes se ha vuelto una táctica aterradora en los antros y bares. La escopolamina, apodada la "droga de la violación" o "burundanga", es el arma preferida en estos ataques que van más allá del robo, alcanzando niveles de sumisión total y pérdida de memoria. Dos casos, el de Víctor Tacher y Luis, ilustran la creciente amenaza de esta droga en la vida nocturna.

Historias de víctimas

Víctor Tacher, un hombre que buscaba disfrutar de una noche en un antro con amigos, se encontró víctima de la escopolamina. Al despertar al día siguiente, su memoria era un lienzo en blanco, y solo las cámaras de seguridad revelaron los oscuros detalles de la noche. Otro joven, Luis, compartió una experiencia similar, perdido en fragmentos de recuerdos después de ser drogado en el mismo antro. Ambos casos resaltan la vulnerabilidad de los clientes frente a esta peligrosa droga.

Aunque en Colombia la escopolamina es conocida desde hace décadas como un problema de seguridad, en México, su presencia va en aumento. Mientras que comúnmente se asocia el uso de sustancias para sedar con gotas oftalmológicas, la escopolamina ha emergido como una opción más letal y destructiva. La calle Versalles, en la colonia Juárez, se ha convertido en un foco de atención, siendo el escenario donde Víctor y Luis afirmaron haber sido drogados.

Expertos como Julián Quintero explican que la escopolamina, en dosis altas, puede ser hipnótica y, combinada con benzodiazepinas, inhibe la voluntad, provocando pérdida de memoria y conciencia. La historia de Omer Bloch en Colombia es un testimonio de los devastadores efectos de esta droga, utilizada incluso para robar y abusar sexualmente de las víctimas. La facilidad con la que los criminales pueden administrarla oralmente o disfrazada en alimentos y bebidas la convierte en una amenaza sigilosa.

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Detectar la escopolamina es un desafío, ya que el cuerpo la elimina rápidamente, y en dosis altas, combinadas con alcohol, puede ser letal. Las principales señales de intoxicación incluyen pasividad, desorientación, alucinaciones y sed. Para evitar caer víctima de esta droga, expertos y asociaciones toxicológicas recomiendan precauciones como no aceptar bebidas de desconocidos, no dejar bebidas sin vigilancia y evitar demostraciones de productos en entornos dudosos.

La conciencia pública, la cooperación de los establecimientos y la acción gubernamental son fundamentales para contrarrestar esta amenaza creciente. La historia de Víctor, Luis y tantos otros resalta la importancia de estar alerta y adoptar medidas preventivas para protegerse de los peligros que acechan en la penumbra de la noche. En México, la lucha contra la escopolamina ha comenzado, pero la vigilancia constante y la educación son las herramientas cruciales para vencer a esta sombra tóxica que amenaza con oscurecer aún más nuestras noches.