- 13 de septiembre de 2024
El famoso pintor colombiano Fernando Botero se caracterizó por sus obras de personas con sobrepeso. Te contamos la causa de muerte.
El icónico pintor y escultor colombiano, Fernando Botero, falleció este viernes 15 de septiembre a los 91 años de edad en un hospital del norte de Italia, donde residía desde hace décadas. La noticia de su deceso debido a complicaciones de una enfermedad respiratoria ha conmovido al mundo del arte y a sus seguidores en todo el mundo.
Botero, conocido por sus obras que presentaban personajes de grandes volúmenes y sus esculturas de acero, dejó un legado artístico que trascendió fronteras. Sus cuadros, que en ocasiones alcanzaron cifras de hasta 2 millones de dólares en subastas, adornaron los museos más prestigiosos y sus esculturas se erigieron en calles y plazas de importantes capitales.
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el expresidente Juan Manuel Santos, se unieron a las numerosas voces de condolencia que llegaron desde el ámbito del arte a nivel internacional.
El pintor y escultor nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia. A pesar de no crecer en una familia religiosa, su primer contacto con el arte estuvo vinculado a la religión, una faceta importante en la sociedad antioqueña de su época. En la Medellín de mediados del siglo XX, las iglesias con vitrales y altares superaban en número a los museos.
El Museo de Antioquia, el más destacado de la ciudad, alberga hoy en día una gran parte de la colección de Fernando Botero, quien desempeñó un papel fundamental en su promoción.
La carrera artística de Botero comenzó a temprana edad, vendiendo su primera obra a los 16 años en un mercado de Medellín. Sus primeros trabajos estuvieron influenciados por la tauromaquia, ya que a los 12 años había ingresado a una escuela de toreros en Medellín.
Fernando Botero: ¿De qué murió el famoso pintor?
El pintor Fernando Botero murió de Neumonía. Fue Llevado al hospital del norte de Italia para ser atendido, pero ya estaba muy grave de salud, relató su familia.
A lo largo de su vida, Botero enfrentó desafíos y controversias. Fue expulsado de la secundaria por escribir un artículo sobre Picasso y por sus dibujos que, según los sacerdotes de la escuela, eran considerados pornográficos.
Con el sueldo que ganaba por publicar ilustraciones en el periódico El Colombiano, financió el final de su educación secundaria y sus primeros viajes a Europa y Estados Unidos.
En la década de 1950, Botero llegó a Bogotá y se asoció con los artistas vanguardistas de la época, interesados en el indigenismo y el nacionalismo. Más tarde, se trasladó a Madrid y luego a París en busca de nuevas perspectivas artísticas.
Fernando Botero retornó a Colombia a finales de la década de 1950 y se casó con Gloria Zea, una destacada gestora cultural y coleccionista. La pareja se mudó a México, donde Botero comenzó a desarrollar su estilo característico, marcado por volúmenes ampliados y colores vibrantes en sus naturalezas muertas y retratos.
Su habilidad para fusionar el vanguardismo con lo figurativo y su innovación cromática lo convirtieron en una figura influyente en la escena artística internacional. Su legado perdurará como un testimonio del arte colombiano en el mundo.
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