Karoshi: La muerte por exceso de trabajo que ya es una realidad en Occidente

La muerte por exceso de trabajo es una realidad que cada vez se vuelve más preocupante. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tan solo en 2016, las largas horas de trabajo provocaron 745 mil muertes por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016, un aumento del 29 por ciento desde el 2000.

Dicha causa de muerte, también es conocida como el Síndrome de Karoshi, o simplemente "Karoshi", pues el Ministerio de Salud de Japón reconoció legalmente esta situación en el año 1987, cuando se empezó a registrar su incidencia, ya que se consideró un problema social grave.

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Origen del término Karoshi

De acuerdo con un artículo publicado en WTW , Karoshi significa, literalmente, muerte por exceso de trabajo. Especialistas aseguran que este mal en Japón pudo haber surgido como consecuencia de la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Además de que el primer caso fue descrito anecdóticamente en 1969 cuando un trabajador de logística en una empresa de periódicos, con solo 29 años, murió por un ataque al corazón.

Posteriormente, en los años 80 se presentó en Japón una "burbuja económica" que ocasionó un aumento del precio de las acciones y propiedades con nuevos grandes emporios comerciales que generaban ingresos a la economía japonesa y con ello, aumentó también el orgullo nacional. Sin embargo, una consecuencia negativa fue que las empresas comenzaron a exigir a sus trabajadores mayor rendimiento, al punto de sobrepasar las 60 horas de trabajo a la semana.

En los 90 estalló la crisis económica y esta "cultura del trabajo" empeoró dando lugar a un período conocido como la "década perdida", para entonces los casos de muertes relacionadas con el Karoshi alcanzaron niveles epidémicos.

Luego de que el Karoshi alcanzara niveles epidémicos a principios de los noventa, el fenómeno rebasó las fronteras y llegó a otras naciones de Asia, Estados Unidos y América Latina, en donde las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, la diabetes y la obesidad son los principales males que aquejan a la población.

Morir por exceso de trabajo es el resultado de una combinación de estrés, mala alimentación, enfermedades preexistentes y falta de ejercicio.

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Datos de la OMS y la OIT

El estudio de la OMS y la OIT publicado en Environment International  en 2021, señala que en un primer análisis global de la pérdida de vidas y salud asociada con trabajar muchas horas, se estimó que en 2016, 398 mil personas murieron por accidente cerebrovascular y 347 mil por enfermedades cardíacas como resultado de haber trabajado al menos 55 horas a la semana. Entre 2000 y 2016, el número de muertes por enfermedades del corazón debido a largas horas de trabajo aumentó en un 42 por ciento y por accidentes cerebrovasculares en un 19 por ciento.

Además, un estudio publicado en la revista especializada Ovid señala que el exceso de horas de trabajo está directamente relacionado con mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer, artritis, enfermedad pulmonar crónica, depresión y asma. 

La OMS y la OIT puntualizan que esta carga de enfermedades relacionadas con el trabajo es particularmente significativa en los hombres, pues el 72 por ciento de las muertes se produjeron entre ellos, las personas que viven en las regiones del Pacífico Occidental y el Sudeste Asiático y los trabajadores de mediana edad o mayores. 

La mayoría de las muertes registradas se produjeron entre personas que fallecieron entre los 60 y los 79 años, que habían trabajado 55 horas o más por semana entre las edades de 45 y 74 años.

El estudio concluye que trabajar 55 o más horas a la semana se asocia con un riesgo 35 por ciento mayor de sufrir un derrame cerebral y un riesgo 17 por ciento mayor de morir por cardiopatía isquémica, en comparación con trabajar de 35 a 40 horas a la semana. Además, el número de personas que trabajan muchas horas está aumentando y actualmente representa el 9 por ciento de la población total a nivel mundial. Esta tendencia pone a más personas en riesgo de discapacidad relacionada con el trabajo y muerte prematura.

¿Cómo proteger la salud de los trabajadores?

La OMS y la OIT señalan que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores pueden tomar las siguientes medidas para proteger la salud de los trabajadores:   

• Los gobiernos pueden introducir, implementar y hacer cumplir leyes, reglamentos y políticas que prohiban las horas extraordinarias obligatorias y garanticen límites máximos en el tiempo de trabajo.
• Los acuerdos de negociación bipartitos o colectivos entre empleadores y asociaciones de trabajadores pueden disponer que el tiempo de trabajo sea más flexible, acordando al mismo tiempo un número máximo de horas de trabajo.
• Los empleados podrían compartir las horas de trabajo para garantizar que la cantidad de horas trabajadas no supere las 55 o más por semana.