- 13 de septiembre de 2024
Uno de los mitos alrededor de los resfriados y gripas es el de no tomar leche. Este dice que la leche puede aumentar la mucosidad en nuestras vías respiratorias y así generar más malestar en nuestro cuerpo. Pero la verdad es otra.
Cuando se sufre un cuadro de gripa es común batallar con los alimentos que puede comer uno por la irritación que se presenta en nariz y garganta.
Un mito común es la prohibición del consumo de leche y sus derivados porque se cree que estos pueden incrementar la mucosidad y flema en las vías respiratorias.
La flema una especie de gel que contiene anticuerpos, lípidos e inmunoglobulinas cuyo fin es capturar y expeler sustancias del aire y bacterias en la nariz y garganta.
Aunque beber leche puede hacer que la flema en los cuadros gripales sea más espesa en la garganta de lo que sería normalmente, no existe evidencia contundente en la que se concluya que el consumo de lácteos esté relacionado con un aumento en la producción de flema.
Los niños pueden beber leche cuando tienen un resfriado y no generará flemas adicionales, ni siquiera si tienen asma, fibrosis quística o una afección respiratoria.
Se puede recomendar consumir leche para la mayoría de los niños porque es una fuente nutritiva de proteínas y vitaminas.
Si tienes dudas con tu alimentación en caso de un resfriado o gripa, no dudes en consultar a un profesional de la salud.