- 13 de septiembre de 2024
Cocinar los alimentos puede mejorar su sabor pero también cambia el contenido nutricional. Curiosamente algunas vitaminas se pierden cuando se cocinan los alimentos, mientras que otras están más disponibles para el metabolismo del cuerpo.
Cocinar los alimentos puede reducir la concentración de algunos nutrientes, como la vitamina C y algunas vitaminas del complejo B, pero otros nutrientes como el licopeno en los jitomates o el betacaroteno en las zanahorias son más biodisponibles para nuestro cuerpo si se cocinan.
Es bueno comer algunos alimentos crudos, como frutas frescas y ensaladas, como parte de nuestra dieta diaria, pero no necesitamos comer todos nuestros alimentos crudos para tener una dieta nutritiva.
Comer todos nuestros alimentos crudos también podría significar que terminemos sin nutrientes y energía, ya que la variedad de alimentos que podríamos comer sería bastante limitada.
Si bien es cierto que deberíamos comer más frutas y verduras, también necesitamos otros alimentos que requieren cocción, como los carbohidratos con almidón, que nos brindan la gama completa de nutrientes para una buena salud.
Cocinar hace que los alimentos con proteínas, incluso los de origen vegetal, sean más fáciles y seguros de comer. En el caso de algunas legumbres vegetales como los frijoles, la cocción es fundamental para eliminar el efecto de sus lectinas.
Si bien los huevos, la carne y el pescado a veces se comen crudos, cocinarlos ayuda a evitar una intoxicación alimentaria.
Para retener más vitaminas sensibles al calor, cocina las verduras ligeramente al vapor o en el microondas. Deja que todavía estén crujientes en lugar de hervirlas demasiado. Evita freír o agregar grasas saturadas como mantequilla, aceite de coco o manreca de cerdo.
La llamada dieta crudivegana incluye frutas, verduras, nueces, granos y legumbres germinadas, que pueden reducir el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas y ayudan a la pérdida de peso y la digestión cuando está bien planificada. Sin embargo, si se hace mal, esta dieta puede aumentar el riesgo de deficiencias de nutrientes, infertilidad y debilidad muscular, ósea y dental.
Si decides hacer cambios en tu dieta, lo más recomendable es consultar a un profesional de la salud.