- 13 de septiembre de 2024
El horno de microondas es uno de los electrodomésticos más convenientes para calentar comida. Existen mitos alrededor de su uso debido a la tecnología con la que están construidos pero si se usa de manera adecuada, es un utensilio tan seguro como un foco o un radio.

Más allá del calor que producen los microondas en el alimento y el cuidado que se debe tener al respecto, la radiación utilizada para que estos hornos funcionen genera dudas en cuanto a su uso.
Las microondas son ondas de radio de alta frecuencia y, como la radiación visible (luz), forman parte del espectro electromagnético. Las microondas se utilizan principalmente para la transmisión de televisión, los radares para ayudar a la navegación aérea y marítima y telecomunicaciones como el teléfono con el que estás leyendo este artículo.
Los materiales que contienen agua, por ejemplo, alimentos, líquidos o tejidos, absorben fácilmente la energía del microondas, que luego se convierte en calor.
La radiación en el horno es completamente inofensiva. Los microondas utilizan radiación electromagnética de baja frecuencia, del mismo tipo que se utiliza en focos y radios.
Cuando metes comida dentro de un horno, las moléculas de agua en ella absorben las microondas y se frotan entre ellas. Esto provoca una fricción que calienta la comida. Una reacción térmica similar a cuando nos frotamos las manos cuando tenemos frío.
Los seres humanos también absorbemos ondas electromagnéticas pero los hornos de microondas producen ondas de frecuencia relativamente baja y están contenidas dentro de ellos.
Esto dice la Organización Mundial de la Salud al respecto:
"Para disipar algunos conceptos erróneos, es importante darse cuenta de que los alimentos cocinados en un horno de microondas no se vuelven "radiactivos". Tampoco queda energía de microondas en la cavidad del horno o en los alimentos después de apagar el microondas. En este sentido, las microondas actúan como la luz; cuando se apaga el foco, no queda luz".