- 13 de septiembre de 2024
Al avanzar la primavera nos damos cuenta de la gran cantidad de vegetales frescos que podemos encontrar en el mercado; es conveniente conocer cuáles de estos vegetales se cosechan en cada temporada para aprovechar su bajo precio y su carga de nutrientes.

Existen muchas variedades de acelgas, y la mayoría de estas provienen del Mediterráneo en donde se conoce desde la antigüedad y era llamada "la siciliana". Los romanos la llamaron "beta" debido a que, cuando sus tallos crecen, sus puntas se doblan formando la letra "B".

Durante muchos años el consumo de la acelga quedó relegado a las clases bajas y como forraje para animales; durante el siglo XIX se empleó únicamente para la producción de azúcar y alcohol es fue hasta principios del siglo XX que se volvieron a aprovechar sus grandes beneficios como alimento.

Para a provechar mejor sus nutrientes, es conveniente elegir las plantas de color verde uniforme y brillante, con tallos ligeramente más pálidos pero firmes sin llegar a la apariencia fibrosa del apio ya que esto indicaría que la planta ya ha florecido y su sabor será amargo.

Es una de las verduras con más contenido de folatos y vitaminas B1, B2, B5, B6, B9 y K esenciales para las funciones metabólicas, procesos de coagulación de la sangre, favorecen la producción de glóbulos rojos, la síntesis del material genético y fortalecen el sistema inmune.

Los betacarotenos presentes, en mayor cantidad, en las variedades de color naranja o rojo aportan los nutrientes que el organismo necesita para sintetizar la vitamina A, esencial para la salud de la vista, el cabello, las mucosas y los huesos.
Esta verdura destaca por su contenido de magnesio que se encarga del buen funcionamiento de intestinos, nervios y músculos; el yodo -indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides- regula el metabolismo y contribuye con el crecimiento del feto y su desarrollo cerebral.

Al igual que muchos vegetales de hoja verde, aporta el hierro necesario para el crecimiento y desarrollo del cuerpo, la fabricación de hemoglobina que hace que los glóbulos rojos transporten oxígeno a los órganos y músculos.

Es conveniente no sobrecoser las hojas y tallos de las acelgas para aprovechar la mayor parte de sus nutrientes; también la puedes comer cruda en ensaladas aderezada con un poco de vinagre y aceite de oliva.

Se debe consumir con moderación si se padece de cálculos renales o exceso de ácido úrico -mejor conocido como gota- el ácido oxálico que contiene la acelga forma cristales de oxalato de calcio que se cumulan y pueden provocar la formación de piedras en el riñón.
