- 13 de septiembre de 2024
La chaya tiene su origen en el sureste de México y Guatemala. La cultura maya aprovechó sus propiedades alimenticias y medicinales al integrarla como parte de su alimentación; actualmente su cultivo se extiende desde el sur de los Estados Unidos hasta Sudamérica en países donde predomina el clima cálido.
Antes que todo es importante protegerse las manos al manipular sus hojas recién cortadas que secretan una sustancia urticante que provoca ardor en la piel. También es recomendable consumirla cocida, ya que algunas variedades pueden contener un glúcido cianogénico que al entrar en el organismo resulta venenoso.
El valor nutricional de la chaya se ha comprobado en diversos estudios; es rica en vitamina A, C, y carotenoides que le confieren propiedades antioxidantes que protegen la vista y fortalecen el sistema inmune de enfermedades e infecciones.
Las hojas de chaya resultan igual o más nutritivas que otras plantas de hoja verde como la espinaca, el brócoli, o el repollo.
En el sur de México, donde su consumo es más habitual, se emplea en una gran variedad de platillos tradicionales como tamales, guisos y bebidas.
Además, es rica en magnesio, el cual regula la función del sistema nervioso, así como los niveles de azúcar y presión sanguínea junto con el sodio.
Se pueden consumir las hojas secas de chaya en infusión para aprovechar sus propiedades hipoglucémicas, es decir para controlar los niveles de azúcar en sangre en casos de diabetes.
Un estudio realizado en 2009 mostró el poder antioxidante de la chaya sobre los radicales libres en el organismo. Esto es relevante debido a que este proceso puede influir positivamente en la inhibición del desarrollo de las células cancerosas.
En este mismo estudio se demostró que el consumo de chaya estimula la actividad de la enzima superóxido-dismutasa que protege las células del estrés oxidativo, así como las propiedades hipolipidémicas que ayudan a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en el organismo.
Una de las grandes ventajas que tiene la chaya es que no requiere de muchos cuidados para su cultivo, basta una maceta con tierra y un espacio soleado para que crezca sin problemas. Además, no requiere de mucha agua para que puedas aprovechar sus beneficios.
Como siempre, es recomendable consultar a un especialista de la salud o herbolario para no poner en riesgo nuestro bienestar y aprovechar de una manera más eficiente todos los beneficios que nos regala la naturaleza.