- 13 de septiembre de 2024
Uno de los invitados no deseados de todos los hogares es un pequeño insecto cuyo ciclo de vida apenas ronda los 28 días, y su única finalidad pareciera ser la de molestarnos y contaminar nuestra comida favorita: nos referimos a la mosca.
Las moscas han acompañado a la humanidad desde el inicio de los tiempos y han sido las transmisoras de terribles enfermedades como la fiebre amarilla, el paludismo, disentería, fiebre tifoidea, etc.
A lo largo de la historia existen múltiples referencias sobre este díptero y, al parecer, ninguna con tintes positivos.
Las moscas comunes son portadoras de bacterias debido a su peculiar morfología que, combinado con sus hábitos alimenticios y veloces reflejos, la convierten en el vehículo perfecto.
Su cuerpo está cubierto por numerosos pelos o sedas sensoriales que le permiten oler y saborear las partículas de alimento que flotan en el aire, también sus patas y lógicamente sus piezas bucales tienen esta misma función por lo que -literalmente- prueban lo que pisan y después se lo comen.
No todo en ellas es malo. Como toda criatura sobre la faz de la tierra, las moscas tienen una misión y no es sólo la de molestarnos constantemente, la función principal de las moscas y de otros insectos como los escarabajos, es la de contribuir a descomponer los desechos y los cadáveres. Sin embargo, para nadie es agradable ver como una tremenda mosca panteonera se detiene a probar nuestro platillo favorito y es por ello que buscamos algunos repelentes naturales para ayudarte a deshacerte de este molesto bicho.
Uno de los remedios naturales es la trampa de vinagre de manzana, basta con poner un poco de vinagre dentro de una botella cortada por mitad y posteriormente colocar la pieza como embudo sobre la botella. Su penetrante olor atrae a las moscas al interior del recipiente y estas terminan ahogándose en el líquido. Una desventaja es que el olor del vinagre no resulta agradable para los humanos.
Algunas plantas aromáticas como la lavanda, menta, citronela o la melisa resultan bastante efectivas, sin embargo, la mayoría de estas plantas son de exterior y requieren de mucha luz para crecer de manera saludable. Aun así, puedes tener una pequeña maceta de alguna de estas plantas, cerca de la ventana para ahuyentar a estos molestos insectos.
Otro de los remedios populares, y que suele funcionar, es el limón con clavos de olor. Basta con partir un limón a la mitad, encajar la mayor cantidad posible de estas semillas en la pulpa y colocarlo en las ventanas o en el área donde quieras librarte de insectos voladores. Esta preparación deberás cambiarla cada 2 días para que siga teniendo el mismo efecto.
Seguramente has visto bolsas de plástico llenas de agua colgadas en la puerta de alguna fonda o restaurante, la ciencia detrás de este dispositivo parece ser sencilla: cuando la luz pasa a través de la bolsa llena de agua, se descompone al igual que sucede con los prismas.
Resulta que las moscas detestan la refracción de la luz y es por ello que evitan acercarse a este tipo de dispositivos.
Sin embargo, el mejor remedio para evitar que las moscas entren en tu casa es mantenerla limpia de restos de comida y evitar abrir ventanas con las luces encendidas. El calor y la luz atraen a los insectos voladores.