Es perfecta para la lucha contra los patógenos, ayuda a combatir el mal aliento o halitosis, además es un aliado en la lucha contra las enfermedades que tienen que ver con con la insulina y el páncreas, ya que controla los niveles de glucosa en sangre y es un potente antioxidante.
Desde hace varios siglos, han sido muy valorados sus beneficios a la salud.
Por ejemplo, en la antigua China y en la India, era utilizada para curar la gripe, problemas digestivos y hasta ginecológicos; además de que es un gran antiinflamatorio y mejora la función cognitiva.
El efecto calorífico de la canela en el cuerpo activa la circulación sanguínea y estimula el útero, por lo que no es recomendable su ingesta durante el embarazo
Gracias a sus aceites esenciales, betacarotenos, cumarinas, minerales y vitaminas del grupo B, la canela resulta un excelente astringente, mitiga la diarrea y contribuye a la regeneración de la flora intestinal.
Como en muchos remedios caseros, no todo es bueno a cerca de la canela, las mismas cumarinas que posee pueden resultar dañinas para el hígado y los riñones, aunque para ello se deban consumir cantidades muy altas de concentrados o aceites esenciales de esta corteza; sin embargo, el riesgo existe.
Es importante tener en cuenta que cada organismo es diferente y puede reaccionar de distinta manera ante un mismo compuesto; ante cualquier molestia, consulta a tu médico de cabecera.