El jefe de seguridad de Los Chapitos pasó sus últimas horas en CDMX entre planes familiares, restaurantes y traslados antes del ataque que le quitó la vida.

De acuerdo con información periodística, su intención era pasar las fiestas decembrinas en compañía de su familia.
De acuerdo con información periodística, su intención era pasar las fiestas decembrinas en compañía de su familia. Créditos: Foto armada QP.

Las últimas horas de Óscar Noé Medina González, alias "El Panu", revelan un contraste inquietante entre la vida cotidiana y el historial criminal que lo colocó en la mira de las autoridades estadounidenses.

A pesar de ser uno de los operadores más cercanos de Los Chapitos y contar con una recompensa millonaria por su captura, el jefe de seguridad del grupo criminal se movía con aparente tranquilidad por la Ciudad de México.

"El Panu" llegó a la capital dos días antes de su asesinato, procedente de Mazatlán, Sinaloa. De acuerdo con información periodística, su intención era pasar las fiestas decembrinas en compañía de su familia. Para ello, rentó dos departamentos tipo Airbnb: uno para él y otro para su madre, quien reside en Durango.

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Un domingo familiar en la capital

Durante el domingo previo al ataque, Medina González convivió con su madre. Por la mañana acudieron juntos a la iglesia, una actividad que formaba parte de su rutina familiar durante la visita a la ciudad. Más tarde, el día continuó sin sobresaltos aparentes.

Por la noche, "El Panu" se trasladó al restaurante Luaú, ubicado en la calle Niza, en la Zona Rosa, una de las zonas más concurridas y vigiladas de la capital. En la mesa se encontraban su esposa, sus dos hijos, las cuidadoras de los menores, su madre y un primo. Nada indicaba que se tratara de un objetivo criminal de alto perfil.

Vigilancia previa y movimientos detectados

Aunque esa noche parecía transcurrir con normalidad, Medina González ya había sido detectado tiempo atrás en distintos puntos de la ciudad. Según reportes periodísticos, meses antes fue visto realizando compras en el Palacio de Hierro de Polanco junto a su pareja, lo que sugiere que no era la primera vez que se desplazaba sin mayor discreción por zonas de alto tránsito.

Su presencia en la capital no pasó desapercibida para autoridades ni para grupos rivales. "El Panu" era un personaje clave dentro de la estructura de Los Chapitos, especialmente tras la detención de otros líderes operativos.

Especial.
Según reportes periodísticos, meses antes fue visto realizando compras en el Palacio de Hierro de Polanco. Créditos: Especial.

El ataque directo en la Zona Rosa

El ambiente cambió de forma abrupta alrededor de las 21:00 horas. Dos hombres ingresaron al restaurante; uno de ellos, descrito como robusto, con gorra hacia atrás y cubrebocas, se dirigió directamente a la mesa de Medina González y disparó al menos 12 veces.

Los impactos alcanzaron diversas partes del cuerpo, incluyendo rostro, espalda, pecho y brazos. El ataque fue rápido, sin mediar palabra, y ocurrió frente a su familia. Tras disparar, el agresor salió caminando hacia Paseo de la Reforma, subió a una motocicleta y huyó del lugar.

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Confusión sobre su identidad

En las primeras horas posteriores al crimen, la identidad de la víctima fue confusa. La esposa de Medina González declaró que el hombre asesinado se llamaba "Óscar Ruiz" y que era un socio hotelero de Mazatlán, además de asegurar que desconocía sus actividades.

No se encontraron documentos en el lugar. Posteriormente, se informó que fue la madre de la víctima quien confirmó su identidad real como Óscar Noé Medina González ante el Ministerio Público, aunque afirmó que su hijo se dedicaba a la crianza de animales en Durango.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ofrecía una recompensa de cuatro millones de dólares por información que condujera a su captura. Era considerado uno de los operadores de mayor confianza de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y estaba vinculado al tráfico de drogas, lavado de dinero y coordinación de actos violentos.

Las últimas horas de "El Panu" muestran cómo uno de los criminales más buscados podía transitar entre actividades familiares y espacios públicos, hasta que su pasado lo alcanzó en una cena que terminó en tragedia.

Especial.
El ambiente cambió de forma abrupta alrededor de las 21:00 horas en el restaurante de comida china. Créditos: Especial.

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