"NO LE LLEGUÉ AL PRECIO"
Óscar asesinó a su esposa tras confesarlo en un video en Facebook
Antes de asesinar a su esposa, Óscar Valerio publicó una serie de videos donde confesó sus planes y justificó la violencia con discursos machistas y misóginos.
Un feminicidio seguido de suicidio conmocionó a la comunidad de San Cayetano, en Zacatecas, luego de que un hombre no solo asesinara a su esposa dentro de su domicilio, sino que también documentara sus intenciones a través de Facebook, donde publicó una serie de videos antes de cometer el crimen.
El agresor, identificado como Óscar Valerio, de aproximadamente 55 años, disparó contra su pareja sentimental, una mujer de 52 años, y posteriormente se quitó la vida con la misma arma. El caso ha generado indignación por la crudeza del contenido publicado, la misoginia de su discurso y la aparente falta de reacción oportuna de las autoridades.
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El crimen anunciado: tres videos en Facebook
Horas antes del feminicidio, Óscar Valerio publicó tres videos en su perfil personal de Facebook, uno de ellos repetido, en los que adelantó de forma explícita lo que iba a hacer. Entre justificaciones machistas y frases cargadas de odio, dejó claro su plan: "Yo me voy a ir al cielo, pero tengo ganas de llevármela conmigo", "Si nos pudieran velar juntos, estaría perfecto."
En los clips, grabados desde el interior de su casa, el hombre relató su versión de la ruptura con su pareja. La acusó de querer terminar la relación, de desalojarlo y de haber tenido supuestas infidelidades.
También se refirió a su pasado violento sin arrepentimiento alguno: "Si las golpea uno, vienen y lo meten a uno a la cárcel... Ya no estoy para eso." "Le falté al respeto a unas dos o tres damitas, necesitaba cariño."
A lo largo de los videos, el agresor alterna entre victimizarse, culpar a su pareja y relatar detalles de control y celos, mientras insiste en que ya no quiere "seguir batallando".
Minutos antes del mediodía del 6 de julio, el Sistema de Emergencias 911 recibió una llamada que alertaba sobre un hombre armado que amenazaba con suicidarse y asesinar a su pareja. La ubicación: una vivienda en la comunidad de San Cayetano, municipio de Zacatecas.
Policías municipales y estatales encontraron los cuerpos sin vida de un hombre y una mujer. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, Óscar utilizó un revólver calibre .22 para dispararle a su esposa y luego a sí mismo. La escena fue asegurada por agentes de la Policía de Investigación y personal de Servicios Periciales.
En sus grabaciones, Valerio ofreció razones confusas para justificar el crimen. Afirmó que "había intentado cuidarla" y que ella pretendía "quitarle todo", sin aportar pruebas. También hizo comentarios que dejan ver una visión posesiva sobre su pareja: "Ya me volví loco, tratando de una forma y de otra a la compañera, cuidándola." "También sé que salió con un caballero o algunos."
Además de confesar agresiones pasadas contra su esposa, reconoció haber faltado al respeto a otras mujeres, minimizando los actos y justificándolos con frases como: "necesitaba mucho cariño y ella no tenía tiempo para brindármelo."
Autoridades investigan feminicidio
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas informó que el caso se investiga bajo el protocolo de feminicidio. Las primeras diligencias confirman que se trató de un crimen cometido en el contexto de una relación de pareja y con antecedentes de violencia.
Al lugar acudieron agentes de las Fiscalías Especializadas en Delitos de Alto Impacto y en Materia de Género. Hasta el momento, se mantiene abierta una carpeta de investigación y se han recabado pruebas tanto físicas como digitales, incluidos los videos publicados por el agresor.
El caso ha generado gran indignación en redes sociales, donde se cuestiona cómo es que un hombre pudo anunciar públicamente sus intenciones sin que hubiera una intervención inmediata y efectiva por parte de las autoridades.
Para muchas personas, este feminicidio no sólo pone de manifiesto la brutalidad del agresor, sino también la ineficacia de los sistemas de respuesta rápida, incluso cuando hay señales claras y públicas de que una mujer está en riesgo.
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