- 06 de junio de 2025
Seis personas murieron sepultadas en un túnel clandestino en Otumba, Estado de México, presuntamente utilizado para el robo de combustible.

En Cuautlacingo, comunidad del municipio de Otumba, Estado de México, seis personas murieron tras el colapso de un túnel clandestino presuntamente utilizado para el robo de hidrocarburos. El derrumbe ocurrió la noche del jueves a escasos 300 metros de un ducto de Pemex, en una zona ya identificada como foco rojo por tomas ilegales.
Según reportes ministeriales, el primer cuerpo fue extraído con maquinaria pesada, pero los trabajos de rescate fueron detenidos por los propios pobladores, quienes decidieron recuperar los cuerpos restantes por su cuenta, alegando respeto a sus usos y costumbres funerarias. Después de intensas gestiones, las autoridades lograron recuperar los seis cadáveres y trasladarlos al Servicio Médico Forense para su identificación.

Vecinos impiden labores oficiales y organizan su propio rescate
La escena se tornó más tensa cuando una camioneta con altavoz recorrió las calles de Cuautlacingo convocando a los habitantes a colaborar en las labores de rescate.
Con picos, palas y fe, los vecinos extrajeron los cuerpos atrapados entre la tierra y el concreto, en un intento por cumplir con sus rituales comunitarios. A pesar de la resistencia inicial, las autoridades estatales lograron dialogar con los líderes de la comunidad para acceder a los cuerpos y continuar con la investigación.
Túnel se habría colapsado por reblandecimiento del terreno
Una de las hipótesis más fuertes indica que el colapso se debió al reblandecimiento del terreno por las lluvias, lo cual habría generado el derrumbe de la estructura subterránea que operaba como paso clandestino para la extracción de combustible. El lugar permanece bajo resguardo de la Guardia Nacional, mientras personal de Pemex analiza si existía una conexión directa con el ducto.
Hasta el momento, no hay personas detenidas, pero se presume que el túnel formaba parte de una red de huachicoleo activa desde hace tiempo. Vecinos aseguraron que ya se habían observado movimientos inusuales en el predio días antes del derrumbe.
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Explosión mortal en Hidalgo agrava la crisis
Este incidente no fue el único. Apenas el lunes 2 de junio, una explosión en una toma clandestina en Tetepango, Hidalgo, dejó dos personas muertas y cuatro con quemaduras graves.
El incendio, que se desató en la localidad de Ulapa, consumió cuatro camionetas utilizadas para transportar el combustible robado. La escena, acordonada por el Ejército y la Guardia Nacional, forma parte de un patrón creciente de violencia ligada al robo de hidrocarburos.

Operativos federales detectan más de 100 tomas clandestinas en cuatro días
Entre el 30 de mayo y el 2 de junio, Pemex y autoridades federales realizaron operativos en 15 estados del país, localizando aproximadamente 100 tomas clandestinas.
Durante estas acciones se aseguraron vehículos, cisternas, contenedores, miles de litros de hidrocarburo y maquinaria pesada. Destaca el hallazgo de más de 3 millones de litros de paraffin dispersant, sustancia utilizada en la industria petrolera, lo cual sugiere una estructura logística avanzada detrás del huachicol.
A pesar del despliegue y los aseguramientos, solo se realizaron cinco detenciones, lo que refleja las dificultades para desarticular por completo las redes delictivas dedicadas a esta actividad.

La extracción ilegal de hidrocarburos no solo representa una pérdida económica superior a los 7 mil millones de dólares, sino que también ha cobrado numerosas vidas en los últimos años. La semana termina con ocho personas muertas, una docena de heridos y un panorama que evidencia que, en muchas regiones, el huachicol sigue operando con impunidad, a costa de vidas humanas y con respaldo silencioso en algunas comunidades.
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