- 02 de mayo de 2025
Un operativo de alto riesgo para atrapar al "Mencho" se convirtió en una pesadilla que alteró el destino del agente Iván Morales Corrales, quien tenía una poderosa razón para sobrevivir.

La madrugada del 1 de mayo de 2015 quedó marcada como una de las más sangrientas y simbólicas en la lucha contra el narcotráfico en México. Ese día, Iván Morales Corrales, suboficial de la extinta Policía Federal, formó parte de una operación federal de alto nivel que tenía como objetivo la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias "El Mencho", líder del poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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Morales, quien tenía 33 años, abordó un helicóptero Cougar junto a otros elementos de las fuerzas federales. Ninguno de ellos sabía exactamente el destino ni el objetivo, todo por cuestiones de seguridad. En Ciudad de México, antes de partir, Iván se despidió de su esposa, quien estaba embarazada. Él aún no sabía que este operativo cambiaría su vida para siempre.
Una emboscada brutal: el ataque del CJNG
El operativo, denominado "Operación Jalisco", fue lanzado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con apoyo de la Marina, la Policía Federal, la PGR y el Cisen. El objetivo era interceptar y capturar a El Mencho en Villa Purificación, Jalisco, uno de los bastiones del CJNG.
A las 5:00 a.m., los helicópteros detectaron un convoy sospechoso. La unidad aérea en la que viajaba Morales fue la primera en entrar en la zona de riesgo. De inmediato, fueron recibidos con una andanada de disparos provenientes de armas de alto poder: fusiles Barret calibre .50, ametralladoras Browning M2HB y lanzacohetes RPG de origen soviético.
En declaraciones posteriores a Univisión, Morales describió cómo se vivieron los momentos de terror en el aire:
"Se escuchaba cómo pegaban las balas en la lámina del helicóptero, cómo lo atravesaban... las de calibre 50 pasaban como si nada".
Las ráfagas destrozaron el rotor del Cougar, lo que provocó su caída. El piloto logró planear el descenso para evitar una explosión inminente, pero el impacto fue brutal.

El único sobreviviente: valentía en medio del fuego
Morales fue uno de los pocos sobrevivientes. Su testimonio es estremecedor. "Cuando el helicóptero cayó, me agarré de donde pude... sentí el impacto. El helicóptero se empezó a incendiar y todavía había disparos por todos lados. El cártel quería rematarnos".
A pesar de las llamas que envolvían la aeronave y los disparos que seguían desde tierra, Morales logró salir del helicóptero, no sin antes sufrir quemaduras en el 70% de su cuerpo. Su uniforme comenzó a incendiarse, pero no se detuvo. Se quitó la chamarra, el chaleco –que según sus palabras fue lo que le salvó la vida–, y rodó en el suelo para apagar las llamas:
"Yo salí y sí me empecé a quemar muy rápido [...] Me quité la chamarra y de hecho me quité el chaleco, traía un chaleco y fue lo que me salvó".
Consciente y armado, disparó hacia los sicarios antes de refugiarse tras una roca. Allí esperó a que un equipo de rescate lo sacara, mientras el fuego y las balas seguían. Morales fue trasladado al Hospital Central Militar en Ciudad de México, donde ingresó con un diagnóstico reservado y muy pocas esperanzas de vida.
Quince cirugías, un coma y una promesa de vida
Durante su estadía hospitalaria, Morales fue intervenido quirúrgicamente en 15 ocasiones. Estuvo en coma y enfrentó múltiples complicaciones médicas. El personal médico lo apodó "el héroe", y él repetía, cada vez que podía hablar, la frase que le dio la fuerza para resistir: "Voy a ser papá".
Se casó mientras aún estaba internado en el hospital, en la sala de terapia intermedia, y cinco meses después fue dado de alta. Vestido con un uniforme de gala confeccionado especialmente para su piel quemada, salió del hospital con la frente en alto: "No quiero irme derrotado", expresó.
Un mes después, nació su hijo. La promesa que había hecho bajo fuego se había cumplido.

Un reconocimiento a su valor
El 28 de octubre de 2015, en una ceremonia realizada en el Auditorio Nacional, el entonces presidente Enrique Peña Nieto entregó a Morales el Mérito Policial de Primera Clase. Más de 10 mil personas lo ovacionaron de pie durante 56 segundos.
El rostro de Morales, marcado por las cicatrices, esbozaba una sonrisa contenida. A pesar del dolor físico y emocional, había cumplido su deber y había sobrevivido al atentado más feroz que el CJNG había perpetrado contra las fuerzas federales.
El ataque que cambió la guerra contra el narco
El derribo del helicóptero el 1 de mayo de 2015 fue un punto de inflexión en la guerra contra el crimen organizado. Fue la primera vez en la historia moderna de México que un grupo criminal lograba derribar una aeronave militar en pleno operativo.
El CJNG no se detuvo ahí. Inmediatamente después del ataque, lanzaron 39 narcobloqueos en 25 municipios de Jalisco, afectaron más de 26 rutas de transporte público, incendiaron bancos, gasolineras y vehículos. Hubo réplicas en Guanajuato, Colima y Michoacán. El mensaje era claro: "El Mencho" estaba dispuesto a todo para evitar su captura.
Veintidós días después, la Policía Federal respondió con el operativo en Rancho el Sol, en Tanhuato, Michoacán, donde 42 presuntos miembros del CJNG fueron abatidos. Esta acción fue posteriormente señalada por posibles violaciones a los derechos humanos.
El día que el héroe cayó
El 30 de abril de 2025, diez años después del atentado en Jalisco, Iván Morales Corrales fue asesinado a balazos en Temixco, Morelos, mientras viajaba en una camioneta con una mujer.
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De acuerdo con testigos y reportes preliminares, los agresores usaron una camioneta blanca para bloquear su paso y abrieron fuego en al menos 15 ocasiones. Ambos fallecieron en el lugar. La Fiscalía General del Estado de Morelos ya investiga el crimen; una de las líneas apunta a una posible venganza por su pasado en la Policía Federal.
Morales había sido objeto de amenazas en el pasado, pero nunca dejó de vivir con orgullo su vocación. Hasta el último momento, se mantuvo con la frente en alto, sin esconder su historia ni sus heridas.

Un legado de honor
Hoy, Iván Morales Corrales es recordado no sólo por haber sobrevivido a una emboscada histórica, sino por su resistencia, compromiso y valentía. Su historia ha resonado en redes sociales y medios nacionales como ejemplo de sacrificio en una guerra donde, muchas veces, los héroes caen en el olvido.
Fue un agente que arriesgó su vida por un país en guerra, que luchó contra la corrupción, el crimen organizado y la impunidad. Fue un hombre que se aferró a la vida por amor a su familia y por la promesa de conocer a su hijo.
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