- 06 de marzo de 2025
El caso de Astrid y su hijo, Fernando, han conmocionado a la opinión pública,. El agresor tenía antecedentes de feminicidio

No es la primera vez que Eduardo agredía a una mujer. Y no solo agredía: asesinaba. El presunto responsable de la muerte de Astrid Cruz y Fernando Cruz, crimen perpetrado el pasado lunes 3 de marzo en Zapopan, ya tenía las manos manchadas con la sangre de otros.
El registro que hace Milenio muestra que asesinó a su novia en 2004 en Culiacán. La mató con un martillo y abandonó el cuerpo en el río Tamazula. Años después, el hombre repitió la historia.
Astrid y Fernando fueron asesinados con un martillo. Los cadáveres de ambos los encontraron maniatados en su casa, en el fraccionamiento Capital Norte. La hija menor de Astrid, de nueve años, resultó herida.

Un criminal en la calle
El prontuario criminal habla por sí solo. Eduardo fue detenido y encarcelado en marzo de 2004 por matar a su novia, pero se fugó de prisión. Lo recapturaron, lo declararon culpable y lo sentenciaron a 24 años de cárcel.
Ya preso, se casó con otra mujer y tuvo una hija. En 2020 consiguió su libertad, y solo dos años después su esposa falleció en circunstancias poco claras.
Te puede interesar: Protagonista de "Élite" denuncia el feminicidio de su tía en Puebla
Estos hechos han llamado la atención de la familia de Astrid. “No sabíamos nada, estamos la familia muy sorprendidos. Es el mismo modus operandi, como si fuera una asesino serial. Las tres mujeres de la misma manera atroz y salvaje, con un odio horrible y estamos muy sorprendidos", sostuvo una de las hermanas.
"Nos han propuesto que juntemos los tres casos para unir fuerzas para que así no tengan el pretexto de que se escapó o que lo dejaron salir”, agregó.

Los mensajes en el celular
De acuerdo con El País, Astrid estaba en proceso de mudanza. Y recibió mensajes en su teléfono celular en los que Eduardo contaba que se iría a Cancún con amigos. Al final, resultó ser una maniobra de distracción.
Cuando ya Astrid había sido asesinada, Eduardo siguió enviando mensajes en su nombre a todas las personas cercanas. Pero las amigas se percataron de que no era ella la que los escribió. Y tenían razón. Hoy, es la sangre de Astrid y de su hijo Fernando la que indigna a los mexicanos.
Te puede interesar: Así es la mansión donde vivía Fofo Márquez antes de estar en la cárcel
Notas Relacionadas
1