La gasolina es deducible ante el SAT si se cumple con estas condiciones

La deducción de impuestos, un beneficio que busca incentivar a la población para que cumpla con sus compromisos ante el Fisco, es una realidad en el sector de combustibles en México. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) incluye entre sus deducciones el pago de gasolina, siempre y cuando se cumpla con un conjunto de condiciones

El costo de la gasolina en México se ubicó, para el jueves 20 de febrero, en 24.26 pesos por litro de la regular; 25.73 pesos de la premium y 26.17 pesos por el litro de diésel, según el reporte de medios de comunicación.

Estos precios rereferenciales varían en función de los estados, pero se considera que son elevados debido a factores como el alza en el precio del petróleo y los impuestos, factores involucrados en 80% del precio. 

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Requisitos para ser deducible

Para que la compra de gasolina entre en los deducibles se debe cumplir con algunos requisitos, como lo establece la Ley del Impuesto sobre la Renta:

• Debe ser utilizada para desarrollar actividades económicas relacionadas con un negocio o con una profesión. 

• El pago debe ser mediante sistemas electrónicos. Es decir, que quien pague en efectivo queda fuera de este beneficio. 

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• Los únicos métodos de pago aceptados son: transferencia electrónica, tarjeta de débito o de crédito, cheque nominativo, monederos electrónicos autorizados por el SAT.

• Se debe solicitar un comprobante fiscal digital por internet que tenga: RFC del contribuyente, descripción del combustible que se está adquiriendo y el método de pago que se está empleando.

El SAT contempla que otros gastos vehiculares pueden ser deducidos, pero siempre con el requisito de que sean indispensables para la actividad económica de la persona contribuyente. Esos gastos son los aceites y lubricantes, los servicios mecánicos, los servicios de mantenimiento y las reparaciones, entre otros. 

Es importante recordar que los gastos deben estar soportados con los documentos expedidos a nombre del contribuyente y no de terceros, porque entonces perderían el valor ante el osganismo de impuestos. 

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