Paso por México, un arma de doble filo para mujeres desplazadas

"Descubren tu nacionalidad y buscan la forma de seguirte, de perseguirte para luego secuestrarte, te cogen, te obligan a prostituirte, te encierran en casas". Estas frases no son de un libro de ficción, sino tomadas de la vida misma: forman parte del informe "Afrontando riesgos de violencia de género en México: la perspectiva de personas forzadas a huir", presentado este lunes 2 de diciembre por Acnur. 

La gran conclusión de este estudio cualitativo es que mujeres y niñas desplazadas por la violencia de género en sus países se encuentran con otro infierno al llegar a México, al tener que afrontar violencia sexual, trata de personas y otras violaciones de derechos humanos. 

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"Es así como ser mujer, viajando sola, con niños, niñas o adolescentes o en grupo con personas migrantes, por la frontera sur y ser interceptada por miembros del crimen organizado, conductores de transporte o personas en centrales camioneras tiene como resultado posible alguna forma de violencia sexual, secuestros extorsivos o, en casos donde la mujer es separada o aislada, de violaciones tumultuarias", señala la investigación. 

México no fue el destino soñado. Como lo refiere un informante clave en la investigación, "sigue siendo muy shockeante el que de repente nos digan 'bueno, es que yo sabía que me tenía que preparar para la selva, pero yo no sabía que lo peor lo iba a pasar en México". 

En muchos casos "la violencia de género fue la razón de abandono del país de origen y en otros, su principal motivo para desear salir de México. Las experiencias fueron sobre todos los tipos de violencia de género (violación, agresión física, agresión sexual, matrimonio o uniones forzadas, denegación de recursos o servicios y maltrato psicológico o emocional)", indica Naciones Unidas en nota de prensa.

Estrategias para sobrevivir

Miedo y ansiedad son el común denominador de las mujeres en procesos de movilidad consultadas para esta investigación. Según el informe, recurren a mecanismos como "uso de métodos anticonceptivos, viajar con el perpetrador de violencia familiar como una forma de protección, mantener relaciones de pareja con hombres que conocen en el camino".

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Cuando el ataque es inevitable, llegan incluso a "la selección de la agresión sexual hacia ellas para proteger a sus hijas", así como el "cambio de localidad o de ruta cuando el agente persecutor y perpetrador de violencia localiza a las mujeres, entre otras" estrategias. 

Conocer esta realidad es fundamental en un momento en el que México afronta una ola migratoria alentada por el temor a las políticas que pueda implementar el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, una vez que asuma el poder. 

Las puertas se les cierran en el rostro. "Lo único que me ofrecieron fue trabajar en cantinas y que me dedicara prácticamente a la prostitución (...) Me dijeron que era inmigrante y que las cosas en este país así eran, toda inmigrante tenía que pasar por eso, todas, la mujer inmigrante tenía que pagar las cosas, todo eso para poder estar aquí de ilegal", refleja otro testimonio. 

Tal como lo registró EFE, Verónica Martínez, consultora y autora del estudio, destacó que el trabajo formal y el refugio son mecanismos de protección para que las mujeres desplazadas se protejan de las múltiples violencias que conlleva su paso o su vida en México. Síguenos en WHATSAPP y suscríbete a nuestro NEWSLETTER para continuar siempre informado.