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50 camionetas con sicarios y alrededor de 300 desaparecidos: así fue la masacre de Allende en 2011

La llamada masacre de Allende comenzó el 18 de marzo de 2011. Cifras oficiales hablan de 42 personas desaparecidas, pero se calcula que en realidad dejó un saldo de 300 desaparecidos. Este fue el motivo que desató la furia de Los Zetas, responsables de este crimen que ocurrió durante la administración de Felipe Calderón, en el contexto de la llamada "guerra contra el narcotráfico". 

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La masacre de Allende es considerada como uno de los episodios más violentos en México. Durante un fin de semana de marzo de 2011 sicarios de Los Zetas asesinaron y desaparecieron a decenas de habitantes de Allende, Coahuila. Hasta ahora, las cifras oficiales no se aproximan a la realidad.

La masacre comenzó el 18 de marzo de 2011, en el pueblo de Allende, ubicado a 60 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos.

Los Zetas, una traición y 'el pitazo' de las autoridades mexicanas 

En ese entonces los hermanos Miguel Ángel Treviño Morales 'Z40' y Omar Treviño Morales 'Z42' controlaban Allende desde Piedras Negras, Coahuila.

De acuerdo con la investigación periodística Anatomía de una masacre, de la periodista Ginger Thompson, el motivo del ataque habría sido una traición

Tras un operativo realizado en Texas por la Administración para el Control de Drogas (DEA), el agente Richard Martinez pudo convencer a José Vasquez Jr. 'El Diablo' -integrante de Los Zetas- para que colaborara con las autoridades estadounidenses.

El agente de la DEA quería los PIN (números de identificación personal) rastreables de los teléfonos Blackberry de los Treviño. 

Sin embargo, esta información cayó en manos de una unidad de policía mexicana, quienes presuntamente alertaron a Miguel y Omar Treviño Morales sobre un traidor en su organización. 

Debido a esto, los hermanos, líderes del sanguinario grupo criminal, decidieron cobrar venganza contra los familiares del delator y contra todo aquel que tuviera vínculo con él.

La masacre que dejó decenas de víctimas no oficales

Ese 18 de marzo cerca de 50 camionetas con sicarios a bordo llegaron a Allende. Ingresaron a domicilios y negocios, los saquearon e incendiaron. También "levantaron" a decenas de personas a quienes posteriormente llevaron a un rancho para quemarlos.

Primero los mataron y luego los metieron a una bodega donde había pastura, los rociaron con diésel y les prendieron fuego. Estuvieron alimentando el fuego horas y horas", narró la periodista Ginger Thompson. 

El rancho al que fueron llevadas decenas de víctimas era propiedad de los Garza. Y, de acuerdo con testigos, algunos integrantes de esta familia también formaban parte de Los Zetas, por lo que los hermanos Treviño también los consideraron traidores y asesinaron a todos los miembros. 

Los sicarios se dieron a la tarea de asesinar a hombres, mujeres, niñas y niños de Allende que no tenían nada qué ver con la traición.

De acuerdo con la investigación En el desamparo, habrían desaparecido alrededor de 300 personas. Sin embargo, la entonces Procuraduría General de Justicia de Coahuila únicamente reportó 42 desaparecidos entre enero 2011 y agosto 2012. Hasta ahora no se tiene una cifra exacta de víctimas. 

Testimonios de la masacre de Allende

La periodista Ginger Thompson recopiló los siguientes testimonios de personas que presenciaron lo ocurrido:

"Por lo regular, mi marido, Everardo, llegaba a las 7 o 7:30 de la tarde. Yo lo esperaba en mi casa. Dieron las 7, 7:30, 8, 9. Y empecé a marcarle. El teléfono estaba fuera de servicio. Pensé que a lo mejor estaba en casa de su mamá y se le descargó la pila. Le llamé a su mamá. Me dijo que no lo había visto y que a lo mejor andaba por ahí con algunos amigos. Pero no tenía sentido. Él me hubiera avisado. Me salí a buscarlo en el auto", Etelvina Rodríguez, maestra de secundaria y esposa de la víctima Everardo Elizondo. 

FOTO: ProPublica

 

"Empezaron a suceder cosas en la tarde. Llegaron hombres armados. Fueron casa por casa buscando a las familias de quienes los habían traicionado. A las 11:00 de la noche ya no había movimiento de autos en la calle. No había movimiento de ningún tipo", contó Martín Márquez, vendedor de hot dogs.

 

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