- 14 de julio de 2025
Belinda Maldonado, instructora de yoga y meditación, busca compartir esta actividad en la que se trabaja con los caballos

Belinda Maldonado, instructora de yoga y meditación, ha encontrado una forma única de integrar el trabajo físico, mental y espiritual en una práctica que va más allá del tapete. Su propuesta: combinar el yoga con la conexión profunda que se puede establecer con los caballos.
Para Belinda, el contacto con lo natural y lo más puro —como los animales— puede ofrecer claridad, respuestas y apoyo emocional. De ahí nació la idea de trabajar con caballos dentro de sus sesiones de meditación y yoga.
"El caballo tiene un amor compasivo, un amor que no juzga. Entonces, cuando trabajamos con un animal, podemos encontrar apertura, saber que nadie nos va a juzgar, y en la mirada del animal podemos encontrar las respuestas que estamos buscando", explica.
La práctica inició a partir de una sugerencia de un amigo, quien le mencionó que para poder incorporar a los caballos en sesiones de yoga, debía primero conectar con cada uno de ellos. Con el tiempo, Belinda notó que cada caballo tiene su propia personalidad, temperamento y disposición para trabajar con seres humanos desde un espacio de calma y empatía.
"El yoga, como disciplina milenaria, nos ayuda a trabajar el aspecto físico, emocional y mental a través de posturas. Al sumar la presencia del caballo, que representa un arquetipo de fuerza, se logra un trabajo de espejeo emocional con quienes participan", detalla la instructora.
Además de posturas físicas, las sesiones incluyen preguntas de reflexión individual, guiadas por el silencio, la observación y el respeto hacia el animal.
"Cuando vuelves a lo básico, te das cuenta que no hace falta más que respirar. La espiritualidad tiene que ver con estar bien, para poder compartir eso con los demás", concluye.
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