Vecinos de Naucalpan denuncian aumento de robos de autos

En la colonia Lázaro Cárdenas, en Naucalpan, el pasado 6 de mayo ocurrió un robo de un vehículo en plena vía pública. El hecho no solo generó indignación, sino también miedo entre los habitantes, quienes aseguran que los delitos se han vuelto más frecuentes y organizados. El uso de cubrebocas por parte de los responsables para evitar ser identificados revela un patrón en los métodos delictivos.

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El robo quedó grabado por una cámara de vigilancia, en el se puede observar cómo un joven baja de su vehículo para entrar a su domicilio, al mismo tiempo se escucha una ambulancia de fondo mientras algunas personas pasan por la banqueta, mientras el hombre se dispone a abrir la puerta de su domicilio un par de sujetos se le acercan para despojarlo de sus pertenencias, incluídas las llaves de su auto que en menos de un minuto ya se habían robado. 

Tras este acto, la comunidad, harta de la impunidad, no tardó en manifestarse. Vecinos utilizaron redes sociales y grupos de mensajería para difundir la información y exigir mayor presencia de cuerpos de seguridad. "Ya no estamos seguros ni al frente de nuestra casa. Los ladrones saben cómo y cuándo actuar", comentó una residente afectada.

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¿Cómo operan ahora los delincuentes?

El robo de vehículos en Naucalpan no responde a un único patrón. De acuerdo con los habitantes, los criminales han perfeccionado sus estrategias para atacar en distintos contextos y horarios. Entre las modalidades más frecuentes destacan:

• Robo de vehículos estacionados: Especialmente en calles con poca iluminación o sin cámaras de vigilancia, donde el entorno facilita la impunidad.
• Asaltos directos a conductores: Ocurren cuando los automovilistas llegan a casa o se detienen en el tráfico; los ladrones aprovechan momentos de distracción o vulnerabilidad.
• Desmantelamiento de autopartes: En cuestión de minutos, logran extraer espejos, baterías o llantas sin ser detectados.
• Seguimiento previo: En algunos casos, los delincuentes estudian la rutina de las víctimas para elegir el mejor momento para actuar.

Estas tácticas, que se repiten con frecuencia en colonias como Lázaro Cárdenas, El Molinito o San Lorenzo Totolinga, han generado una sensación constante de inseguridad entre los ciudadanos.

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Organización vecinal

Frente a la aparente falta de respuesta por parte de las autoridades, los propios vecinos han comenzado a implementar medidas de autodefensa y vigilancia colaborativa. A través de chats comunitarios, grupos de WhatsApp y cámaras de seguridad compartidas, intentan mantenerse informados y advertir a otros sobre comportamientos sospechosos.

Algunos residentes incluso han propuesto crear rondines ciudadanos en horarios críticos, así como colocar más cámaras en esquinas estratégicas. La exigencia de mayor vigilancia, más patrullajes, sistemas de videovigilancia funcionales y respuesta inmediata por parte de la policía no es nueva. Lo que sí ha cambiado es el nivel de frustración y miedo entre los vecinos, quienes se sienten cada vez más solos frente a un problema que no parece tener solución a corto plazo.

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