- 01 de octubre de 2024
El Eco, la más reciente película de la cineasta Tatiana Huezo, se estrenará en cines de México el próximo 30 de agosto
El Eco, la más reciente película de la cineasta Tatiana Huezo, se estrenará en cines de México el próximo 30 de agosto, tras recibir aclamación en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde ganó diversos premios, incluyendo Mejor Largometraje Documental Realizado por Una Mujer y Mejor Documental Mexicano. Además, está nominada a siete categorías en los Premios Ariel: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Edición, Mejor Sonido, Mejor Música Original y Mejor Fotografía, esta última a cargo de Ernesto Pardo.
Este hermoso documental explora la vida, el crecimiento y el aprendizaje de los niños en una pequeña comunidad poblana. La película ofrece una representación sensible de la vida rural en condiciones extremas. En este entorno, los niños deben madurar prematuramente, aprendiendo desde temprana edad a valerse por sí mismos para sobrevivir. Desde cuidar de los animales hasta cultivar la tierra, Tatiana Huezo muestra la cruda realidad a la que estos niños se enfrentan.
A través de sus experiencias diarias, los menores aprenden sobre la vida, la muerte, la violencia, el amor, los animales y las historias de su pueblo, absorbiendo las enseñanzas de sus padres y abuelos Estas enseñanzas resuenan en sus corazones acompañándolos a lo largo de su vida.
Desde cuentos de brujas hasta cómo arar la tierra, los niños expanden sus corazones para aprender y enseñar a sus compañeros. Sin embargo, a pesar de las dificultades que enfrentan, el documental ofrece un atisbo de esperanza, una pequeña luz que convierte la película en una experiencia increíblemente hermosa. Esto se debe en gran parte al lente de Ernesto Pardo, quien captura con maestría la esencia de la vida en esta comunidad. Su fotografía destaca la belleza y la resiliencia en medio de las adversidades, creando una atmósfera que refleja tanto la dureza como la ternura de la existencia en El Eco.
ERNESTO PARDO // Fotógrafo
Cinefotógrafo egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, ha dirigido, fotografiado y editado diversos proyectos de ficción y documental. En 2006 se graduó como director y documentalista con el mediometraje documental Barrio, premiado en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Ganador de premio Camerimage en 2023 por El Eco y del premio Ariel por Mejor Cinematografía en 2017 por Tempestad. Ha impartido distintos cursos y talleres centrados en el lenguaje y la fotografía documental, impartidos en el CCC, en Ambulante Más Allá, en ESCINE, en CCBorder y en la ECAM de Madrid
Entrevista con Ernesto Pardio, fotógrafo de El Eco, nominado a los Ariel 2024
- ¿Cómo fue el proceso de creación y enfoque temático para "El Eco" en comparación con los proyectos anteriores de Tatiana Huezo?
Tatiana tenía claro que quería hacer, después de Tempestad quería otra película que tuviera otro registro, que no hablara sobre los temas tan complejos de violencia que tenemos en México, y decidió que quería hacer esta película sobre cómo es crecer, cómo es la vida de un niño creciendo en el campo.
Estuvimos en una búsqueda muy larga durante varios meses para encontrar el lugar, una vez que lo encontramos rápidamente entendimos que era un lugar increíble para hacer una película que hablara sobre lo que nos dejan nuestros papás, los papás de los niños de El Eco, qué significa crecer ahí, qué significa entender que en la tierra está la comida con la que vas a sobrevivir todo el año.
Tatiana quería seguir contando a México en un lugar distinto, creo que es una película muy distinta, no tiene entrevistas como en las películas anteriores de Tati que siempre se escucha la voz de uno de los personajes, contando un poco parte de la historia.
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- ¿Qué desafíos o cambios experimentaste al trabajar en El Eco, en comparación con otros proyectos en los que has colaborado con Tatiana Huezo ?
En este caso sólo seguimos la vida diaria de los niños, de sus padres, de sus abuelos. Los vemos durante todo el año, los vemos cómo van creciendo, cómo van en la escuela, qué cosas aprenden, de qué forma aprenden, porque aprenden de una forma distinta, ese fue el motor de la película.
Yo también llevo muchos años haciendo películas que hablan de temas muy dolorosos, fue un cambio de registro que fue un reto pero también fue muy sabroso poder estar de otra forma, con la gente hablando de cosas distintas, complejas, dolorosas, emocionantes, también existe una violencia pero esta es distinta: es una violencia económica, una violencia del Estado, dejar estos espacios tan alejados y sin salud, o sin otros mecanismos para que estén bien.
- ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con los niños en "El Eco" y cómo lograron crear un ambiente de confianza durante la filmación?
Cuando Tatiana comenzó la investigación de esta película, fue hace varios años, alrededor de 6 o 7, la película se rodó durante este tiempo, nosotros fuimos muchas veces a El Eco, conocimos a los niños con 6 años, hay un par de gemelos que son increíbles que tiene 11 años ahora, y los conocíamos de con 4 o 5 años.
Lo interesante fue ver que los niños conocen muchísimo desde que son muy chiquitos, el equipo de asistencia de producción hizo un trabajo muy poderoso para llegar a acuerdo y para lograr la confianza que se siente en la película, los niños al principios estaban un poco sacados de onda, pero en 3 o 4 días los niños me decían "que si la luz estaba bien ahí", creo que la clave de esta película es la investigación. En medio del rodaje se cruzó otra película de Tatiana, Noche de Fuego, por eso la dejamos en pausa durante muchos años, pero no dejamos de ir al pueblo y estar con las familias, con padres, abuelos y niños. La posibilidad de poder hacer esta película con esa cercanía tiene que ver con esa investigación tan larga que se hizo.
- ¿Cómo ha sido la recepción de "El Eco" entre el público mexicano, especialmente en relación con la representación del campo y las conexiones familiares?
Alguien que ve esta película se siente representado y le parece muy normal, entonces tiene que ver desde donde uno mira la película, lo hermoso del encuentro que ha tenido la película con el público mexicano donde ya se empezó a proyectar es que la gente al final reconoce a sus tíos, a sus abuelos que vivieron en lugares así y que ellos se movieron a la ciudad con sus papás, pero que el campo no está tan lejos de nosotros como muchas familias, eso hace que sea un encuentro con la película de recuerdos, hay un encuentro muy bonito que tiene que ver de dónde venimos, todos venimos del campo, unos más cerca, pero muchos se han encontrado con la película de una forma muy bonita y ha abrazado la película, se han sentido representados y eso hace esto muy bello.
- Si bien la película habla sobre cómo crecen y se desarrollan los niños en El Eco, también toca de manera sutil otros problemas de México, por ejemplo la violencia y el crimen organizado.
La película aunque no habla sobre temas de violencia, habla sobre niños creciendo en el campo, la relación que tienen con el campo, los animales, sus papás, y con sus abuelos y que aprenden de ello, del campo, de la lluvia, pero de alguna forma también la película habla sobre los problemas que tenemos en México.
Uno de ellos es cómo los jóvenes, al no tener un trabajo decente que les sirva para sacar adelante a sus familias, se acercan a organizaciones delictivas a poder tener más dinero y pierden muchas cosas. Aunque no es una película que hable de eso, de algunas formas tiene algunos apuntes, habla de cómo la naturaleza es exfoliada, sus comunidades, sus bosques, gente viene de fuera a cortar sus bosques y cómo la comunidad se organiza para detener a estas personas, que también son parte de grupos delictivos organizados permitidos por los gobiernos, esta gente no hace las cosas si el gobierno no se los permite, por lo que sea por omisión o colusión, entonces en este sentido aunque no hablamos de estos temas, esto está alrededor, es nuestra realidad.
Pero es otro tipo de registro, no parece una película de Tati aunque sí tiene su alma, se habla desde un lugar más luminoso, más tierno, más emocionante y eso es algo que me gusta mucho, hacerla fue muy bello poder mirar otra cosas que también somos en México, no es nada más esas historias dolorosas, también hay mucha fuerza y energías que son únicas y que son hermosas de mirar y valorar.
- ¿Cómo te hace sentir que esté nominado nuevamente a los Premios Ariel?
Siempre es un gusto que los compañeros de producción te elijan para estar nominado, es un honor, y una satisfacción muy bonita, estoy muy contento.
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