FICG: Tratado de Invisibilidad, un documental que da voz a las trabajadoras que limpian la ciudad

"Tratado de Invisibilidad", la nueva película de Luciana Kaplan es un desgarrador documental filmado en blanco y negro que revela los dolorosos testimonios de las mujeres que limpian las calles y espacios públicos de la Ciudad de México. A través de una narrativa coral, el documental expone las condiciones precarias en las que trabajan estas mujeres, quienes sostienen la ciudad pero permanecen invisibles para la mayoría de sus habitantes.

El documental aborda las diversas facetas de la vida laboral de estas mujeres, que incluyen trabajadoras del Metro, barrenderas, empleadas de oficinas públicas, e incluso trabajadoras del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la Cineteca . Mediante testimonios íntimos, "Tratado de Invisibilidad" muestra el desmantelamiento y despojo sistemático de sus derechos laborales, así como las largas jornadas que deben enfrentar, compaginando el trabajo con las responsabilidades familiares.

Se trata de una obra íntima y necesaria que da voz a quienes, aunque esenciales para la vida urbana, siguen siendo marginadas y olvidadas.

Entrevista con Luciana Kaplan, directora de Tratado de Invisibilidad

• ¿Qué te motivó a centrarse específicamente en este tema de la invisibilidad de las mujeres que limpian espacios públicos?

Todo empezó un poco por casualidad, en los documentales a veces aparece algo que a uno le llama la atención o que le indigna y de ahí sale este propósito de narrar esta historia.

Yo trabajo en el Centro de Capacitación Cinematográfica y una de mis colegas me contó la situación de las mujeres que limpiaban ese espacio,  que finalmente es una escuela pública que depende del gobierno. Estas mujeres están subcontratadas, no les pagaban, todo este maltrato que se puede ver en la película.  

A mí me llamó mucho la atención que la escuela no podía hacer nada, porque eran todos compañías externas, y a partir de eso empecé averiguar qué es lo que pasan en este ramo de limpieza a nivel gobierno, y me di cuenta que toda la ciudad está  subcontratada, que todas estas mujeres y hombres que se dedican al trabajo de limpia, pues ninguna está contratada por el gobierno, aunque llevan chalecos que dice CDMX y todo es realmente una pantalla porque están trabajando para compañías, las cuales no están reguladas, y puedan hacer lo que quieran con sus empleados, y no hay nadie que se los impida. 

Entonces me pareció realmente indignante el hecho de qué vivimos en una ciudad en la cual no existen los derechos laborales para las personas que cuidan nuestros espacios, que sostienen la ciudades.  Me pareció un tema súper interesante porque nadie  sabe lo que está sucediendo, entonces esta idea de que el outsourcing ya no existe y sobre todo a nivel gobierno, no es verdad.

A medida que escuchaba los testimonios de estas mujeres, todas las entrevistas que hice, es realmente muy aterrador, cómo puede ser que viven en una situación laboral como esta, de abuso, de la precarización del trabajo, en la cual viven totalmente amenazadas porque ni siquiera pueden hablar, no se pueden manifestar.  Empezó a hacer un cúmulo de situaciones que dije ´hay que hablar de esto´, porque nadie está hablando de esto y me parece que no sólo en el ramo de limpieza pasa, si no es una cuestión de precarización laboral generalizada que se puede ver muy claramente aquí.

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• En 2021 se impulsó una reforma para eliminar el outsourcing, sin embargo, las empleadas de limpieza continúan trabajando bajo el modelo de subcontratación. ¿Me podrías hablar sobre esto?

La ley fue recortada porque obviamente todos los dueños de estas empresas son personas con mucho dinero, que tiene mucho poder, obviamente están generando muchas ganancias con estas empresas, obviamente hubo mucho conflicto con ellos y la ley fue totalmente recortada y se quedó en algunos espacios muy específicos. En la Cámara de Diputados creo que no funciona así, en el primer cuadro del Centro Histórico tampoco, aunque sigue habiendo problemas con los trabajadores de limpia en el Palacio Nacional, después leí que también estaba en la situación bastante precaria, entonces lo que pasó con la ley es que se recortó muchísimo, pero no se anunció ese recorte, entonces siguen diciendo que no hay outsourcing cuando hay en todas las oficinas gubernamentales, en todos los espacios públicos, que es algo que depende del gobierno, y no sólo de este gobierno,  de todos los gobiernos que han pasado, porque esto empezó desde Vicente Fox, que abrió la puerta al outsourcing,  lo que ha pasado es que se ha generalizado y se han empeorado las situaciones laborales.

Ahora creo que está otra vez la discusión, pero hasta el día de hoy te puedo decir que nada ha cambiado y yo les preguntaba a ellas, y decían ´nosotras ni sabemos, ni siquiera hemos escuchado´.

Entonces una cosa lo que se dice y otra cosa es la práctica, lo que sucede. Sigue habiendo empresas que pueden hacer lo que se les pega la gana y que realmente está lucrando con el trabajo de otros, no se puede hablar de que haya desaparecido el outsourcing.

Hay que cuestionar, hay que tener un diálogo con las autoridades y preguntar qué está pasando aquí, por qué estas mujeres siguen estando en esta situación cuando deberían estar realmente más protegidas y protegidos.
 

• ¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentaste al grabar el documental y cuál fue la reacción de las mujeres al saber que serían entrevistadas?

Decidí hacerlo en la CDMX porque ya era un proyecto inmenso, porque estaba obviamente las calles, el metro, las oficinas gubernamentales, el aeropuerto, están en todos lados, Además las empresas cambian de nombre, también ya no se puede saber realmente quiénes son los que están a cargo, que es un poco la idea para no ser cachados, no hay una cara de la empresa, lo cual es bastante siniestro.

Los desafíos fueron muchos,  porque obviamente hay que cuidar el anonimato de estas mujeres, saber quienes sí podían hablar y quienes no querían, a quienes les parecía que era muy grave lo que estaba pasando, pero encontrar estas mujeres, recorrer todos sus espacios en medio de la pandemia, era difícil acercarse, porque obviamente este miedo de todo el mundo debe ser contagiado. 

Hicimos entrevistas por audio, me contestaban con mensajes de audio, después transcribir las entrevistas,  empezar armar un poco el discurso y empezar a escoger quiénes eran las que estaban dispuestas a hablar, sin ponerlas en peligro.

Realmente están muy desesperadas por lo que está pasando y es una situación como dicen ´en una situación imposible, porque nos obligan a trabajar pero nos tienen totalmente dominados y no podemos hacer un montón de cosas, nos tienen amenazadas, me quitan una cantidad de dinero brutal cada vez que falto, si tengo un problema no tengo seguro, no tengo prestaciones, no tengo un contrato, si me quiero quejar ni siquiera sé contra quién me tengo que quejar, porque no sé ni ni con quién trabajo´.

Han llegado a un nivel realmente muy abusivo, nadie los para, porque lo que realmente les interesa es quien hace más dinero a partir del trabajo precarizado. Obviamente nadie quiere hablar de esto y da miedo, quién sabe lo que se va a venir encima al presentar esto, pero creo que es una oportunidad también para empezar un diálogo, qué va a suceder con estas trabajadoras y justo porque son trabajadoras que no sólo se enfrentan a la empresa sino también tienen problemas de inseguridad.

• ¿Por qué decidiste filmar el documental en blanco y negro?

Fue en blanco y negro porque sentí que le daba una atmósfera atemporal, esto viene pasando desde hace un montón de tiempo, empezó con Vicente Fox ya hace varios sexenios,  quería generar esta atmósfera de entrar a un mundo invisibilizado, en el cual uno no se relaciona, porque no lo ve, inclusive como usuario de los espacios públicos.

Entonces me gustaba esta idea hacer sentir que uno está entrando en otra atmósfera, en otro mundo, el cual no entiende y no se relaciona porque homogeneizamos un poco a todas estas mujeres, en todos estos espacios que finalmente viven la misma situación, algo que no hubiera pasado si fuera a color, creo que la atmósfera que le da al documental ayuda mucho para este tipo de narración,  que es atemporal y que es muy atmosférica y es que nosotros no somos parte porque es que ni siquiera nos enteramos de lo que ocurre.

• ¿Cómo pretenden generar conciencia y discusión sobre el tema de la película antes de su estreno?

La idea es que la película se estrene a finales de año y para eso estamos empezando a hacer una campaña de impacto, que tiene dos ejes: uno es obviamente llegar a las instancias gubernamentales, generar mesas de trabajo que se hable sobre el tema, que se exponga lo que está sucediendo y que haya un diálogo para que por lo menos se piense, que si no se va a eliminar la subcontratación que por lo menos se piense que estas compañías tienen que ser reguladas, que no pueden hacer lo que se les pega la gana y que realmente tiene que haber una regulación mucho más fuerte y más cercana para ver lo que está pasando, porque saben lo que está pasando, pero no hacen nada al respecto.

Y por otro lado lado hacer una campaña más global para la gente que no repara en la existencia de estos trabajadores, y que las mismas personas alrededor del mundo se acerquen hagan una pequeña pieza o tomen fotos o tomen algunos datos de las historias de quién limpia su ciudad para un poco hacer y obligar a la gente a que voltee a ver al otro y a partir de eso crear una página, un mapa mundial de todas estas historias, hacer un movimiento global para que las historias se han escuchadas y se vea a estos trabajadores como gente que tiene historias, personalidades, maneras de pensar y que no son nada más alguien que sostienen las ciudades y que lleva un tapabocas. Homogeneizamos a todos dentro de una misma idea y pues realmente no le damos ni siquiera el permiso de ser.

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