Entrevista con Pavel Cantú, director de Mírame, película de horror mexicana

Con una historia de fantasmas que combina el thriller con elementos clásicos del cine de terror, el realizador mexicano Pavel Cantú presenta su inquietante ópera prima "Mírame", la cual tendrá su premiere el 22 de marzo y una posterior corrida de proyecciones en la Cineteca Nacional de las Artes, después de haber tenido un exitoso paso por encuentros cinematográficos nacionales como el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), presentándose como parte de su Selección Oficial; MACABRO Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México, llevándose una Mención Honorífica de Dirección; y FERATUM Festival Internacional de Cine Fantástico, donde ganó los premios a Mejor Fotografía y Mejores Efectos Visuales VFX.

La película tiene como personaje principal a un joven "Lalo" que se encuentra atormentado por perder a su padre y quien al ponerse el reloj de su padre empieza a ser acosado por el fantasma de una chica. En la escuela donde estudia el protagonista, desaparece una alumna y él sospecha que existe una posible conexión entre la desaparecida y los fenómenos paranormales que lo atormentan, así que junto a su nueva amiga Rana, se lanza a investigar lo que está sucediendo. Una serie de señales y fenómenos sobrenaturales se mani?estan de forma amenazante en la escuela, su nueva casa y los tétricos canales alrededor de la ciudad; entonces Lalo tendrá que enfrentar al fantasma que ha puesto su atención en él para desentrañar el misterio detrás de todo lo que está pasando y evitar ser arrastrado por ese escalofriante espíritu.

Entrevista con Pavel Cantú, director de Mírame

¿Qué inspiró la elección de Xochimilco como escenario principal de la película?

La película tiene que ver mucho no solamente con la pregunta eterna de Lalo de ¿qué es este ente sobrenatural que lo quiere contactar? Yo lo que quería era crear un ámbito de aislamiento y desolación, sacarlo un poco de lo que era conocido para él, está forzado a vivir con la abuela, era ponerlo en un sitio más aislado. Originalmente la historia iba a ser más urbana, iba a ser en la parte céntrica de la ciudad, pero decidimos que tal vez aislarlo era un elemento muy interesante para lo que él tenía que sufrir y pasar. Obviamente empecé a ver opciones y Xochimilco es un sitio mágico, místico, visualmente es muy interesante.

Toda mi vida he consumido cine de horror y de género, soy gran fan, lo que buscaba era un ámbito de aislamiento, muy místico, muy de México, único, y aparte el elemento del agua, el elemento del agua es muy importante, porque para mí el agua representa lo que es otra dimensión, lo que hay detrás de la muerte, si fuera una línea, un pasaje, un espejo, para mí el agua representaba eso, cuando entras al agua en cierta forma estás en otra dimensión, era muy interesante esta analogía visual, poder usar el agua como parte de la fuerza y del ambiente.

¿Cómo lograste combinar los elementos sobrenaturales en una trama que también incluye aspectos de coming of age e incluso de violencia de género?

El planteamiento de la película desde la concepción a nivel narrativa era tratar de no caer en la formulación, no quería caer en la formulación que cada tres minutos vas a tener un brinco, el típico cliché del gato, el pasillo, la puerta, no quería llevarlo a eso, en parte porque está muy trillado, yo quería tratar de profundizar más en la psicología del personaje de Lalo, quería que fuera un chico frágil, joven. Quería la parte de la fragilidad del personaje, para mi el coming of age viene porque él necesita de este diálogo, no solamente de este mundo nuevo, de una abuela distante, pero de una escuela donde el chico nuevo, donde tiene que ver una parte de aceptación, y cuando él empieza  a sentir esta presencia que lo acecha en cierta forma tiene que buscar una aliado y se vuelve Rana, es una chica que es huérfana como él, ella quiere vida, es una fusión que hacen, una ayuda mutua, ahí viene el coming of age.

Además hay otros elementos que se tocan en la película, es parte del misterio del por qué este ser sobrenatural lo busca, se abren otras puertas.

¿Cuál es tu opinión sobre el papel de las películas de terror en la exploración de temas más profundos y relevantes en la sociedad?

Deberíamos, totalmente. El problema... voy a decir problema pero tal vez no es un problema, los que somos amantes del género de horror, horror psicológico o thriller fantástico es que se ha contagiado demasiado con los recursos visuales para efecto comercial. Se ha vuelto parte un poco del rechazo que existe como género, no se le categoriza tan fino elegante como otros géneros por esta comercialización de la narrativa. Yo concebí la historia para que tuviera otros niveles, lo que es el instinto, lo que es el inside humano, lo que es la profundidad que puede tener un personaje. 

Esta película se va hacia un tono, sin spoilers, toca un aspecto real que existe que es muy fuerte, que es para mí tan poderoso como el horror en sí, es horror, pero la cotidianidad tal vez ha hecho que nos hemos vuelto muy faltos de sensibilidad, entonces para mí era importante esa parte de lo que se toca en la película, de la misma manera tratar de empujar que el género no caiga en el susto barato, porque no solamente el género de horror, te puedo hablar de otros géneros de cine que caen en esta superficialidad que se vuelven película olvidables completamente. Cuántas películas no vemos que cuando salimos de la sala y ya ni te acuerdas, no te queda nada. Yo siempre como escritor y director he tratado de buscar historias fuertes que me marcan, que me dejan huella, así debería ser el cine.
 

¿Qué desafíos enfrentaste al trabajar con un elenco joven y cómo los abordaste durante el proceso de filmación?

La historia pedía que fueran actores jóvenes, es un reto, he trabajo con actores más jóvenes que ellos, la fragilidad que yo buscaba en Lalo era fundamental. Requería un chico que tuviera un balance entre la  juventud, por lo que acababa de pasar por el fallecimiento del padre, tener que conectar con una abuela distante, era muy importante lo que veía en Lalo y lo que quería transmitir. 

Fue un proceso, uno como director tiene que ser muy claro en lo que quieres con el actor, es muy hermoso ver cómo uno cree y llega con un concepto a nivel de lo que tiene que ser el actor y la actriz y ellos te lo amolda o te lo cambian, es un diálogo. 

Tuve mucha suerte de conocer a Regina Reynosa que hace el papel de Rana, porque Regían tenía ya un par de películas, es una chava que se me hizo muy interesante porque tiene una personalidad que no necesita ni siquiera abrir la boca, eso me gustó mucho de ella, había una seguridad en ella que yo necesitaba en contraparte de un Lalo frágil. Es una chica que tiene muchas cosas parecidas a Lalo, pero ella es más echa en la calle, es más avispada, astuta, lo cual se vuelve una interesante contraparte y balance al personaje de Lalo.

Fue muy interesante trabajar con chicos jóvenes, siempre me ha gustado, es alentador a nivel de lo que es la química, lo que se puede crear con ellos para una escena.