- 21 de diciembre de 2024
En el año 2012, la dramática profecía maya del 21 de diciembre anunciaba el fin del mundo tal como lo conocemos.
La interpretación más dramática de una profecía supuestamente oculta en el calendario maya aseguraba que el mundo iba a terminar de manera apocalíptica hace exactamente 12 años, el 21 de diciembre de 2012, en el momento justo del solsticio de invierno en el hemisferio norte, a las 12:12, hora del Tiempo Universal Coordinado (UTC), correspondiente a las 11:30 según el reloj meridiano de Greenwich.
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Esas versiones literales del fin del mundo anunciado por los mayas sostenían (a pesar de no haber ningún sustento ni afirmación científica) que en ese momento se producirían varias conjunciones astronómicas y se concretarían fórmulas numerológicas.
Proponían que, a esa hora precisa, se produciría la colisión de la Tierra con otro cuerpo celeste, probablemente un asteroide errante, o bien el planeta sería atrapado por un agujero negro, o tal vez se “incendiaría” debido a una etapa de actividad solar sin precedentes.
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Todas y cada una de estas posibilidades fueron desmentidas durante todo ese año por la NASA y por los más renombrados astrónomos del planeta supuestamente en peligro, pero eso no evitó que mucha gente las creyera y se preparara para esperar el final.
A esto se le hicieron otras interpretaciones menos fatales, que sostenían que en realidad la fecha señalada, a la hora señalada, marcaba el fin de un viejo mundo y el advenimiento de otro nuevo, espiritualmente hablando. Pocos se preocuparon, en cambio, por averiguar cuál era el origen de esa predicción “candelaria” y en qué se basaba.
¿Dónde está la profecía?
Los arqueólogos, antropólogos e historiadores especializados en el estudio de la civilización maya coinciden en que este pueblo originario del continente americano no hacía ni se valía de profecías de ningún tipo. Simplemente determinaban el destino de las personas (o de determinados asentamientos poblacionales) basándose en su calendario o sus creencias religiosas.
En realidad, las interpretaciones de las “profecías” de los mayas surgieron a mediados del siglo pasado y se hicieron populares en la década de los 70, en el seno del movimiento que se conoció como New Age o de la Nueva Era.
El origen de la supuesta profecía del fin del mundo maya puede rastrearse hasta las inscripciones en dos monumentos de esa civilización descubiertos a fines de la década de los 50: una de ellas es la Estela 6 del asentamiento de Tortuguero, en el Estado de Tabasco, y la otra está en la Estela 1 de Cobá, una población del norte de Quintana Roo.
Las estelas son columnas en las cuales los mayas marcaban las fechas de acontecimientos importantes y servían como medio de “propaganda” para los dirigentes políticos y religiosos. Las dos estelas donde se originó la supuesta profecía relacionan en realidad fechas míticas con sucesos políticos y económicos reales de los gobiernos de la época, como manera de reforzar sus políticas entre la población y crear cohesión social.
A la Estela 6 de Tortuguero se la conoce también como “la estela del fin de una era” y registra un hecho del momento: el nacimiento y la electrización de un gobernante de la ciudad, Apho Bahlam, en el Siglo VII. Pero allí también hay una inscripción que menciona la fecha baktún 13 4 ahau 3 hankin en el calendario maya y la señala como el fin de un ciclo de 5.126 años, según lo que se conoce como la “cuenta larga” de ese calendario.
La unidad de medida de la cuenta larga era el kin (son o día en idioma maya). Los kines se agrupaban en uinales, que constaban de 20 días. 18 uinales formaban un tun (360 días). Veinte tunes equivalían a un katún y veinte katunes formaban un baktún (144,000 días). De esa manera, la fecha maya de 8.3.2.10.15 representa 8 baktunes, 3 baktunes, 2 tunes, 10 uinales y 15 días.
En ese cálculo, trasladado al calendario gregoriano, el que señala el 21 de diciembre de 2012 y por eso se la interpretó como el día del fin del mundo de los mayas.
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La Estela 1 de Cobá, una ciudad maya que en el Siglo VII era muy importante, tiene inscripciones en sus cuatro caras, también relacionadas con hechos de los gobernantes de la época. Pero además hay cuatro referencias a la “cuenta larga” del calendario maya y una de ellas, trasladada al gregoriano, sería el 21 de diciembre de 2012. Como no hay hechos posteriores a esa fecha, se le ha tomado como el fin del mundo.
Doce años después de aquella “profecía del fin del mundo” señalada por el calendario maya, el planeta y los seres humanos siguen en su lugar. Dicho fin del mundo no ocurrió. En cuanto al cambio en la espiritualidad que señalan otras interpretaciones, es realmente difícil saber si se está produciendo realmente o no.