NARCOTRÁFICO
Alumnos de primaria sufren pánico al escuchar una balacera en Culiacán
Estudiantes de primaria vivieron momentos de angustia al escuchar detonaciones cercanas. Los docentes activaron protocolos de emergencia para proteger a los niños.
En un día ordinario ocurrió una experiencia aterradora para los alumnos y maestros de la primaria "Eduardo Caldera Ramírez", ubicada en la colonia Stanza Torralba, en Culiacán. Alrededor de las 10:00 de la mañana, el sonido de ráfagas de disparos irrumpió en la tranquilidad de la institución, desatando pánico entre los presentes, sobre todo en los más pequeños.
El ataque armado ocurrió en un negocio de hamburguesas cercano, dejando más de 20 casquillos esparcidos por el lugar. Aunque no hubo heridos en el tiroteo, las secuelas emocionales para los niños fueron evidentes, con gritos y lágrimas que rompieron la calma habitual del plantel.
El blanco de este acto violento fue el negocio "Boss Burguer", ubicado en la calle San Andrés Apóstol, a unos metros de la escuela. Sujetos armados dispararon repetidamente contra la carreta, provocando daños materiales considerables. Las paredes del negocio quedaron perforadas por los impactos de bala, mientras que en la calle se contabilizaron más de 20 casquillos.
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Las detonaciones fueron lo suficientemente fuertes para ser escuchadas desde la primaria, donde los docentes no tardaron en activar los protocolos de seguridad como se puede ver en algunas imágenes que circulan en redes sociales.
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Reacción inmediata del personal escolar
El director de la primaria, Leonel Arenas Medina, explicó que los disparos comenzaron alrededor de las 09:40 horas. Aunque las ráfagas fueron breves, el sonido fue suficiente para alertar a maestros y alumnos.
"En ese momento, todos los niños estaban en sus salones con sus respectivos maestros. Solo había un grupo afuera, practicando con la escolta", detalló el director.
La maestra Paloma Ruiz Grijalva, encargada de un grupo de sexto grado, narró que los disparos la sorprendieron mientras vigilaba a un estudiante que se encontraba fuera del aula. De inmediato, pidió a sus alumnos que se tiraran al suelo y mantuvieran la calma. A pesar de sus esfuerzos, varios niños rompieron en llanto y gritaron, presas del pánico.
El personal educativo siguió los protocolos establecidos para emergencias, resguardando a los estudiantes bajo las mesas y manteniéndolos dentro de las aulas con las puertas cerradas. Las clases fueron suspendidas y los docentes permanecieron con los alumnos hasta que los padres llegaron a recogerlos.
"Recibimos muchas llamadas de padres preocupados. Algunos llegaron casi de inmediato para llevarse a sus hijos. Otros se quedaron esperando en las aulas hasta que la situación estuvo bajo control", relató Ruiz Grijalva.
El director subrayó que, aunque no todos escucharon las detonaciones debido al aislamiento de los salones, el incidente generó una sensación de inseguridad que permeó a toda la comunidad escolar.El terror dejó una marca en los niños, quienes mostraron signos evidentes de angustia. Algunos expresaron su temor de regresar a clases, mientras que otros permanecieron en silencio, tratando de procesar lo ocurrido.
Leonel Arenas Medina anunció que se evaluará la posibilidad de regresar a clases en modalidad virtual. "La asistencia ya estaba baja, pero este evento nos obliga a replantear la seguridad de nuestros estudiantes. Hoy asistieron apenas 70 u 80 alumnos de un total de 235 inscritos", indicó. Hizo un llamado a las autoridades para reforzar la seguridad en las zonas escolares y garantizar entornos libres de violencia para los estudiantes.
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El ataque al negocio de hamburguesas es solo un reflejo más de la inseguridad que persiste en Culiacán, una ciudad que ha sido escenario de múltiples hechos violentos en los últimos años. Aunque en este caso no se reportaron heridos, los impactos psicológicos en los niños que vivieron este episodio son incalculables.
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