- 06 de noviembre de 2024
Párvulos: Hijos del Apocalipsis es una valiente incursión del cine mexicano en el género apocalíptico
Cuando se piensa en películas apocalípticas y de zombies, lo primero que viene a la mente es la violencia, la sangre y hasta dónde podría llegar el ser humano para sobrevivir en los peores escenarios. Aunque este género está comúnmente asociado con la acción y los disparos, pocas veces se ha profundizado en el valor de los sentimientos humanos en este tipo de circunstancias.
Un ejemplo es The Last of Us, donde los lazos entre un hombre y una niña que acaba de conocer se fortalecen a lo largo de su travesía, destacando la importancia de la empatía y la conexión emocional en medio del caos. Párvulos: Hijos del Apocalipsis opta por un enfoque similar al narrar la historia de tres hermanos que, tras el colapso de la civilización, enfrentan la soledad y el terror en un entorno desolado.
La película de Isaac Ezban no sólo explora la supervivencia física, sino también el vínculo familiar y el sacrificio que implica protegerse mutuamente cuando la amenaza va más allá de los infectados y se cierne como una sombra constante sobre sus vidas.
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¿De qué trata Párvulos: Hijos del Apocalipsis?
La trama sigue a Salvador (Farid Escalante), Oliver (Leonardo Cervantes) y Benjamín (Mateo Ortega), tres hermanos que sobreviven en una casa en medio del bosque tras el colapso de la civilización debido a un virus devastador.
No solo enfrentan a "Las Trompetas", una secta que persigue a quienes no pertenecen a sus filas, sino también a una aterradora criatura que mantienen oculta en el sótano y que deben alimentar diariamente para evitar un destino peor.
Aunque el guion tiene algunos altibajos, como diálogos que a veces se sienten forzados y escenas que podrían haberse acortado, la película destaca por su enfoque narrativo.
Los hermanos deben lidiar con el miedo constante de la soledad, la escasez de recursos y la pérdida de la inocencia, lo cual explora la fragilidad de la infancia y el paso forzado hacia la madurez en un contexto extremo. Todo esto está cimentado en el amor fraternal, que se convierte en su único refugio en medio del caos.
Excelentes actuaciones
En términos visuales, Párvulos: Hijos del Apocalipsis logra capturar un ambiente de aislamiento y desolación mediante el uso de planos largos y un predominante blanco y negro,. Sin embargo, el uso de colores en escenas clave, como las que enfatizan momentos familiares o la presencia de sangre, puede sentirse forzado. Aunque la intención parece resaltar elementos emocionales o dramáticos, la ejecución de este recurso resulta predecible y algo artificiosa.
Uno de los aspectos más destacados de la película es la creación de sus monstruos. Los efectos prácticos y el maquillaje FX aportan un realismo impresionante, con detalles que hacen creíbles las cicatrices y texturas de las criaturas.
Las actuaciones de los tres protagonistas son otro punto fuerte. Pese a las limitaciones del guion, los jóvenes logran transmitir una amplia gama de emociones, desde el miedo paralizante hasta la desesperada determinación por sobrevivir en un entorno hostil. Por su parte, Noé Hernández, carga con todo el final de la película, con su sorprendente actuación como Enoc, líder de la secta.
Párvulos: Hijos del Apocalipsis es un valiente intento de abordar un subgénero poco explorado en el cine mexicano. Aunque tiene algunos problemas de guion y recursos visuales que podrían haberse manejado con más sutileza, la película destaca por su narrativa y la entrega de sus actores.
El verdadero terror se encuentra no solo en los monstruos que acechan, sino en la constante lucha por mantener la humanidad y los lazos familiares en un mundo sumido en la desesperanza.
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