- 01 de octubre de 2024
Un día de terror en la capital sinaloense deja múltiples víctimas tras una nueva ola de violencia entre facciones del Cártel de Sinaloa, en medio de balaceras y cuerpos abandonados.
Sinaloa, vivió una de sus jornadas más violentas este sábado, con el hallazgo de siete cuerpos y enfrentamientos armados que dejaron otras tres personas sin vida. En total, las autoridades contabilizaron diez muertes en diferentes puntos de la ciudad, azotada por la disputa entre las facciones del Cártel de Sinaloa: una liderada por Ismael "El Mayo" Zambada y la otra por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, conocidos como "Los Chapitos".
Una serie de balaceras en la concurrida zona de Tres Ríos, uno de los núcleos comerciales y habitacionales más importantes de Culiacán, desató el pánico entre la población. Decenas de ciudadanos que se encontraban en la Plaza Cuatro Ríos, cercana al lugar de los tiroteos, tuvieron que buscar refugio en los establecimientos cercanos mientras las fuerzas del Ejército Mexicano intervenían para neutralizar a los agresores.
Una mañana de hallazgos macabros
La mañana comenzó con un descubrimiento sombrío: a las 5:20 a.m., fue hallado el primer cadáver en la carretera Costerita, una vía importante que conecta distintos puntos de la ciudad. El cuerpo, de un hombre robusto que mostraba señales evidentes de tortura, marcaba el inicio de lo que sería una escalada de violencia inusitada.
Apenas una hora después, a las 6:30 a.m., otro cuerpo fue encontrado en la maxipista Culiacán-Mazatlán, cerca de la caseta de cobro de Quilá. En esta ocasión, el cadáver de otro hombre yacía boca arriba, con un sombrero colocado sobre el rostro y heridas de bala en varias partes del cuerpo.
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Pero la violencia no cesó ahí. Durante el transcurso del día, se sumaron cinco cuerpos más, encontrados maniatados en una zona al norte de Culiacán, en un lugar que ya había sido escenario de otros asesinatos en fechas recientes. Las víctimas, como en los otros casos, tenían sombreros colocados en sus cuerpos, lo que apuntaba a una macabra firma de quienes cometieron los crímenes.
Tarde de terror en Tres Ríos
El punto máximo del caos llegó por la tarde, cuando la tranquila zona de Tres Ríos, conocida por sus residencias y áreas comerciales, se vio sacudida por una intensa balacera. Eran alrededor de las 4:00 p.m. cuando civiles armados atacaron a elementos de las fuerzas de seguridad, lo que derivó en un enfrentamiento con efectivos del Ejército Mexicano.
La balacera se extendió hasta la Plaza Cuatro Ríos, uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad. Los militares, en su búsqueda de los agresores, ingresaron a la plaza, lo que desató el miedo entre los cientos de personas que disfrutaban de su fin de semana. Algunos buscaron refugio en las tiendas, mientras otros se apresuraban a salir de la zona. Los disparos resonaban mientras las fuerzas del orden trataban de controlar la situación.
En uno de los momentos más tensos de la tarde, las autoridades debieron intervenir en un inmueble donde los agresores se atrincheraron. Durante la operación, el Ejército logró evacuar a siete civiles que se encontraban en el lugar, entre ellos seis adultos y un bebé. En el enfrentamiento, tres presuntos sicarios fueron abatidos, mientras que uno más fue detenido. Además, dos elementos del Ejército resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital para recibir atención médica.
Una respuesta tardía y limitada
Mientras estos acontecimientos estremecían a Culiacán, las redes sociales de las autoridades locales permanecían en silencio. Fue hasta pasadas las 7:00 p.m., hora de la CDMX cuando el gobernador Rubén Rocha Moya emitió un comunicado oficial sobre los enfrentamientos. Rocha se encontraba en la CDMX cuando estalló la violencia en su estado, en una visita oficial para gestionar el refuerzo de las fuerzas federales ante la creciente ola de violencia.
El mandatario informó que, como resultado de los enfrentamientos en Tres Ríos, tres agresores habían sido abatidos, un sicario detenido, y siete civiles rescatados ilesos. Asimismo, detalló que dos elementos del Ejército resultaron heridos, pero se encontraban fuera de peligro.
Sin embargo, la reacción del gobierno fue criticada por su tardanza. A pesar de la magnitud de los hechos, las autoridades estatales no emitieron alertas inmediatas ni instrucciones para los ciudadanos que se encontraban en las zonas afectadas, lo que incrementó el desconcierto y la inseguridad entre la población.
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La lucha interna del Cártel de Sinaloa
La violencia que azotó a Culiacán este 21 de septiembre es un reflejo de la feroz disputa interna que mantiene dividido al Cártel de Sinaloa. Por un lado, está la facción liderada por Ismael "El Mayo" Zambada, el histórico líder del grupo, y por otro, los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, quienes buscan consolidar su poder bajo el apodo de "Los Chapitos".
Este conflicto ha sumido a la región en una espiral de violencia en los últimos meses, mientras ambas facciones intentan hacerse con el control de las lucrativas rutas del narcotráfico y el dominio de las operaciones delictivas en la zona. La población de Sinaloa, y particularmente la de Culiacán, ha quedado atrapada en medio de esta guerra interna, sufriendo las consecuencias de los enfrentamientos armados, los asesinatos y la creciente inseguridad.
La intervención federal y la llegada de refuerzos militares
Ante el incremento de la violencia, el gobernador Rubén Rocha Moya anunció la llegada de 600 efectivos del Ejército Mexicano para reforzar las labores de seguridad en la entidad. Estos nuevos elementos forman parte de dos batallones que se sumarán a las fuerzas ya desplegadas en el estado, en un intento por contener la inseguridad y restaurar el orden en las calles de Culiacán y otras zonas afectadas.
El objetivo de este despliegue, según Rocha Moya, es fortalecer la estrategia de seguridad coordinada entre los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal. Sin embargo, los resultados de estas acciones aún están por verse, ya que la situación en la región sigue siendo extremadamente volátil y peligrosa.
Un estado bajo constante amenaza
Sinaloa, uno de los estados más importantes de México por su ubicación estratégica en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, ha sido escenario de numerosos episodios de violencia a lo largo de los años, muchos de ellos vinculados directamente a las actividades del Cártel de Sinaloa. La batalla interna solo ha exacerbado una situación que ya era crítica.
En los últimos años, las autoridades han tratado de implementar diversas estrategias para combatir la inseguridad en la región, desde operativos militares hasta la creación de cuerpos policiales especializados. No obstante, la complejidad de la estructura criminal en Sinaloa, sumada a la enorme influencia económica y social del cártel, ha dificultado los avances en materia de seguridad.
Las consecuencias para la sociedad sinaloense
La violencia que sacudió Culiacán este sábado dejó más que solo un saldo de muertos. La sociedad sinaloense sigue siendo víctima de un ciclo interminable de inseguridad, donde la vida cotidiana se ve constantemente interrumpida por tiroteos, bloqueos de carreteras y hallazgos de cuerpos sin vida. Las familias viven con el miedo de que, en cualquier momento, la violencia pueda tocar a sus puertas.
En medio de este escenario, la población se encuentra en una situación de indefensión, ya que muchas veces las autoridades son superadas por el poder de fuego y la organización de los grupos criminales. Aunque el refuerzo militar anunciado por el gobernador Rocha Moya puede traer un alivio temporal, la solución a largo plazo parece aún distante.
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