Narcotráfico
¿Culiacanazo?: Los Jueves Negros con disturbios históricos en Sinaloa
Un repaso a los eventos traumáticos que marcaron a Culiacán: Los operativos fallidos que convirtieron a la capital sinaloense en un campo de batalla.
Este jueves 29 de agosto, el norte de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, volvió a ser escenario de violencia extrema, reviviendo los fantasmas de los llamados "Jueves Negros". Un enfrentamiento armado entre miembros del crimen organizado y el Ejército Mexicano desató el caos en la capital sinaloense, recordando a la población los momentos más oscuros de su historia reciente, conocidos como el "Culiacanazo".
El origen de los Jueves Negros en Culiacán
El término "Culiacanazo" es sinónimo de terror en la memoria de los habitantes de Culiacán. Estos eventos, que han sucedido en días jueves, han sido marcados por enfrentamientos violentos que han paralizado la ciudad, dejado una estela de miedo y muerte. El origen de este término se remonta al 17 de octubre de 2019, una fecha que quedará grabada en la historia como el primer "Jueves Negro" de Culiacán.
Ese día, el Ejército Mexicano llevó a cabo un operativo para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán. También conocido como "El Ratón", uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, su captura era una prioridad para las autoridades mexicanas y estadounidenses. Sin embargo, lo que sería un golpe al crimen organizado, se convirtió rápidamente en una pesadilla para los habitantes de Culiacán.
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El primer Culiacanazo: caos y terror en las calles
El operativo militar en la tarde de octubre de 2019 se realizó en la colonia Tres Ríos, una zona residencial de Culiacán. La captura de Ovidio desató una respuesta violenta por parte del Cartel de Sinaloa. Sicarios fuertemente armados tomaron las calles, bloqueando las principales vías de acceso a la ciudad con vehículos incendiados y atacando a las fuerzas de seguridad en un intento desesperado por liberar a su líder.
La ciudad de Culiacán se convirtió en un campo de batalla. Los residentes quedaron atrapados en sus casas, oficinas y escuelas, mientras el sonido de las balas y las explosiones llenaba el aire. Los videos que circulaban en las redes sociales mostraban escenas de pánico: vehículos ardiendo en llamas, personas corriendo para refugiarse y civiles aterrorizados grabando desde sus ventanas.
El enfrentamiento duró varias horas, y la situación rápidamente se salió de control. El Cartel de Sinaloa no solo logró bloquear las calles de la ciudad, sino que también tomó rehenes en varios puntos clave, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad. La presión fue tan intensa que, finalmente, el presidente López Obrador tomó la controvertida decisión de ordenar la liberación de Ovidio para evitar más derramamiento de sangre.
El saldo de este primer "Culiacanazo" fue devastador: al menos 14 personas perdieron la vida, incluidas cuatro civiles inocentes. La decisión de liberar a Ovidio Guzmán fue ampliamente criticada tanto a nivel nacional como internacional, ya que se percibió como un signo de debilidad del Estado frente al poder del crimen organizado.
El segundo Culiacanazo: un deja vu de violencia
Culiacán volvió a ser testigo de un segundo "Culiacanazo" en enero de 2023. Esta vez, el operativo para capturar a Ovidio Guzmán tuvo lugar en la localidad de Jesús María, al norte de la ciudad. La madrugada del 5 de enero, las Fuerzas Federales, con el apoyo del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, se movilizaron para realizar la captura del hijo del "Chapo" Guzmán.
Al igual que en 2019, la respuesta del Cártel de Sinaloa no se hizo esperar. Los sicarios nuevamente tomaron las armas y se enfrentaron ferozmente con las fuerzas de seguridad. Sin embargo, a diferencia del primer "Culiacanazo", esta vez los enfrentamientos no se limitaron a Culiacán. Hubo reportes de violencia en Escuinapa, Mazatlán, Los Mochis y Guasave. Incluso se registraron incidentes en estados vecinos como Sonora y Nayarit.
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La violencia desatada fue de tal magnitud que varios vehículos blindados y con armamento pesado fueron utilizados por los sicarios para atacar a las fuerzas del orden. Los bloqueos y enfrentamientos en las carreteras y calles de Culiacán causaron un pánico generalizado. La ciudad volvió a detenerse mientras sus habitantes se refugiaban en sus hogares, temiendo por sus vidas.
A diferencia de 2019, en esta ocasión las autoridades lograron mantener a Ovidio Guzmán bajo custodia, pero a un alto costo. El saldo final del segundo "Culiacanazo" fue aún más trágico: 29 personas murieron, de las cuales 10 eran militares y 19 presuntos sicarios del Cártel de Sinaloa. Además, 21 personas fueron detenidas y se aseguraron 13 vehículos, mientras que otros 40 vehículos fueron destruidos, 26 de ellos con blindaje.
La reacción de la sociedad y el gobierno
Los "Jueves Negros" de Culiacán han dejado una profunda cicatriz en la sociedad sinaloense. Los habitantes de la ciudad han expresado su temor y frustración ante la recurrente violencia y la aparente incapacidad de las autoridades para protegerlos. Los recuerdos de aquellos días de terror han quedado grabados en la memoria colectiva, y el término "Culiacanazo" ha pasado a ser una referencia sombría del crimen organizado.
En el caso del primer "Culiacanazo", el presidente López Obrador defendió su decisión de liberar a Ovidio Guzmán argumentando que se priorizó la vida de los ciudadanos sobre cualquier otra consideración. Sin embargo, esta postura ha sido objeto de críticas, ya que muchos consideran que sentó un peligroso precedente al ceder ante las demandas del crimen organizado.
En el segundo "Culiacanazo", aunque las fuerzas de seguridad lograron mantener a Ovidio bajo custodia, el alto costo en vidas humanas y la extensión de la violencia a otras partes del estado y del país han generado dudas sobre la efectividad de la estrategia de seguridad del gobierno. La captura de un líder del narcotráfico, parece haber sido opacada por el caos y la destrucción que siguieron al operativo.
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