- 13 de septiembre de 2024
Te contamos lo que se sabe sobre el espiritismo de Francisco I. Madero
Francisco Ignacio Madero es ampliamente reconocido como un mártir, aunque también se le atribuye el inicio de la caótica Guerra de Revolución en 1910 al desafiar la presidencia de Porfirio Díaz, quien había estado en el poder desde 1884. México buscaba un nuevo líder y Madero deseaba encabezar esa transición. Sin embargo, no solo los ciudadanos mexicanos anhelaban el cambio presidencial y el resurgimiento de la vida democrática. Aunque Madero no era creyente en su juventud, a partir de 1892 se interesó por una corriente espiritual que ganó fama durante el siglo XX: el espiritismo.
El espiritismo llegó a México a finales del siglo XIX desde el otro lado del océano Atlántico y ganó popularidad en los estados del norte de la República Mexicana. Se cree que esta práctica pudo haber sido una de las motivaciones o influencias en la decisión de Madero de levantarse en armas contra el régimen porfirista, aunque muchos no lo tomaron en serio en aquel momento.
Su interés por el espiritismo se originó a través de influencias francesas durante sus estudios en Francia entre 1891 y 1892. Durante ese tiempo, descubrió su vocación y habilidad como médium escribiente. Según Alejandro Rosas en su obra "Mitos de la historia mexicana: de Hidalgo a Zedillo", Madero practicó la mediumnidad y, en estado de trance, escribió una serie de textos que eran considerados como mensajes auténticos dictados por espíritus.
Además, Madero escribió artículos para La Cruz Astral de Coahuila bajo el seudónimo de Arjuna y fundó el Círculo de Estudios Psíquicos de San Pedro en Coahuila. El espiritismo surgió en un contexto de secularización durante el siglo XVIII, en el que la ciencia comenzó a ganar terreno frente a la iglesia en el estudio y la comprensión del mundo y sus fenómenos, aunque no en términos morales. Esto permitió que nuevas corrientes espirituales surgieran sin enfrentar la severa condena de la iglesia, y el espiritismo fue una de ellas.
El espiritismo ganó aceptación en México gracias al apoyo de las clases liberales durante las Guerras de Reforma, en gran parte debido a la lucha que la iglesia les había dado por las reformas que buscaban debilitarla. En el norte del país, de acuerdo con José Natividad Rosales, surgió el "saurinismo", una corriente espiritista mexicana que se derivó de los zahoríes, que eran adivinos capaces de percibir más allá del tiempo terrenal.
A su regreso a México, Madero adquirió materiales de lectura relacionados con el espiritismo. Es importante destacar que esta práctica era bastante común entre la clase alta, quienes aplicaban el método científico al espiritismo, lo cual se denominaba espiritismo letrado. Madero fue influenciado por este movimiento gracias a los textos de Allan Kardec y su propio padre, quien también era espiritista. Durante los años 1900 y 1901, en sesiones de invocación organizadas en el Círculo de Estudio, Madero registró los mensajes que recibía de un espíritu llamado Raúl, su hermano fallecido a los 3 años.
Según Yolia Tortolero Cervantes en su obra "El espiritismo seduce a Francisco I. Madero", los mensajes que Madero recibía eran de contenido moral, con consejos para que modificara su carácter y pudiera ser más moderado en sus palabras, elogiando las cualidades de otros y defendiendo a aquellos que eran atacados injustamente en su reputación.
Estas palabras provenientes del más allá tuvieron un gran impacto en la personalidad de Madero, transformándolo de un joven libertino e inútil para la sociedad en un hombre de familia honrado, como él mismo escribió en sus memorias. Estas experiencias también influyeron en su manera de actuar en su futura y breve carrera política.
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