Artistas mexicanos que estuvieron presos en Lecumberri

Antes de convertirse en una institución encargada de preservar, incrementar y difundir el patrimonio documental de México, el edificio actualmente ubicado en el número 113 de la avenida Eduardo Molina desempeñó el papel de una prisión: el Palacio de Lecumberri. Esta penitenciaría, conocida como el 'Palacio Negro' debido a los sufrimientos y atrocidades que ocurrieron en su interior, fue inaugurada el 29 de septiembre de 1900. Permaneció en funcionamiento durante más de siete décadas hasta que la mala gestión por parte de los responsables y las terribles condiciones de los reclusos llevaron a su cierre el 27 de agosto de 1976.

Con más de un siglo de historia, los muros de Lecumberri albergan innumerables historias. Inicialmente diseñado para albergar a una población de 800 hombres, 180 mujeres y 400 menores de 18 años, el lugar contaba con 804 celdas, talleres, enfermería, cocina y panadería. Se pretendía que fuera un reformatorio de alta calidad para los internos, pero en 1908 se autorizó la ampliación de la construcción, que originalmente tenía capacidad para 996 presos. Sin embargo, el número de reclusos superó con creces esa cifra y en 1971 llegó a albergar hasta 3800 internos.

Como era de esperar, lo que comenzó como una idea positiva para una prisión de alta calidad se convirtió en uno de los lugares más espantosos para estar encarcelado en sus 76 años de existencia. Sin embargo, las razones para ingresar eran tan diversas como graves para la época conservadora de México. Entre ellas se encontraban la conducta inmoral (ser homosexual), homicidio, pobreza y una amplia gama de otros delitos. Como ocurre en cualquier sitio histórico, Lecumberri fue testigo del paso de diferentes personas célebres y artistas famosos por sus instalaciones, debido a la larga y estricta lista de delitos que podían cometer las personas. Estas personalidades, aunque no pasaron la mayor parte de sus vidas encarceladas, se destacan por su impresionante carrera.

José Agustín

José Agustín, reconocido como uno de los principales representantes de la literatura de la contracultura de los años 60's y 70's, pasó siete meses en prisión en Lecumberri, entre 1970 y 1971, debido a cargos por posesión de drogas. Adentro del "botellón" escribió parte de una de sus novelas más celebradas, "Se está haciendo tarde (final en laguna)" y ha mencionado que utilizaba las bolsas de papel, donde le llevaban tortas, para escribir. Su periodo de encarcelamiento coincidió una de las estadías del también escritor José Revueltas, quien era preso político del movimiento estudiantil de 1968.

José Revueltas

José Revueltas, acusado de desobediencia por su participación en el Movimiento Estudiantil de 1968, fue detenido y se convirtió en un preso político hasta 1971. Durante su tiempo en prisión, escribió obras literarias significativas como "Los días terrenales" y el guion de "La Escondida". Además, la experiencia vivida en Lecumberri fue la fuente de inspiración para su obra "El Apando". Revueltas era todo un veterano de las prisiones en México, pues antes, también por su actividad política, ya había estado encerrado como prisionero político en las famosas Islas Marías, donde escribió "Los Muros de Agua".

Juan Gabriel

Juan Gabriel, cuyo nombre real era Alberto Aguilera Valadez, pasó un período en prisión en Lecumberri después de su llegada a la Ciudad de México. Fue acusado de robo, pero fue liberado debido a la falta de pruebas. Tiempo después, Alberto se convertiría en uno de los cantautores mexicanos más reconocidos a nivel mundial, adoptando el nombre artístico de Juan Gabriel.

David Alfaro Siqueiros

David Alfaro Siqueiros, reconocido como una destacada figura del movimiento artístico del Muralismo en México y con fuertes convicciones comunistas, fue encarcelado en Lecumberri por su intento de asesinato contra León Trotsky, una figura prominente en el contexto político de la época.

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