El Canto de las Moscas, protagonizada por Isabella Valera, Itzel Enciso y Alberto Trujillo es la nueva película de Ricardo Soto. Su más reciente obra se presentó en la 26° edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF 2023), dejándonos claro su talento para contar historias que mueven cada centímetro de nuestro cuerpo.
Ambientada en la Revolución Méxicana, Julia y su hermana permanecen escondidas en la hacienda de su padre, quien se unió a la lucha con la promesa de volver pronto. Ellas esperan su regreso, sin embargo, la espera pronto comienza a convertirse en un tormento. La casa que en un principio las protegía, se convierte en una especie de estructura que las oprime y les va quitando poco a poco la esperanza de salir con vida.
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La película da lugar a las miles de personas que fueron víctimas de la guerra que azotó a todo el país a principios del siglo XX y es que tanto las dos hermanas como un militar que logra entrar a la guarida, son sólo piezas del retorcido cambio de poder que se llevaba a cabo entre los líderes de las diferentes facciones que luchaban entre sí.
En entrevista con Quinto Poder, Ricardo Soto nos cuenta que la película fue grabada en un espacio que carece de internet, agua, luz entre otras cosas, por lo que grabar la cinta fue todo un reto. Pese a todo, destaca el excelente trabajo realizado por Miguel Zetina, director de fotografía, quien aprovechó de manera brillante la naturaleza para crear espacios que explotan cada uno de los sentimientos de las actrices.
Destaca que tanto la casa como el silencio se convierten en personajes dentro de la narrativa. Por un lado la casa representa un papel dual en el que por un lado se convierte en protectora de las jóvenes y al mismo tiempo opresora, pues les impide sentirse libres. Por otro lado, la cinta utiliza el silencio para crear tensión entre los personajes y reforzar la idea de opresión y fractura que dejó el conflicto bélico.
“Intentamos absorber la esencia de la casa, que fue donde hicimos la producción, es una casa con 200 años de antigüedad y que vio pasar el conflicto de la Revolución Mexicana, es un sitio muy silencio, ese silencio ayuda narrativamente a la espera que se vuelve eterna de nuestros personajes principales, que son dos hermanas que se encuentran escondidas. Creo que el silencio forma una parte fundamental, también para llegar a la contemplación de estos espacios de la casa que en combinación con la fotografía nos hablan de la metáfora de la fractura, crear una metáfora de la oscuridad y de la fractura”, dice Ricardo Soto, director del largometraje.
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Si bien hay momentos lúgubres, de soledad y de tensión, también existen pequeños rayos de esperanza y prueba de ello es una hermosa escena en donde las hermanas bailan borrachas con el tequila prohibido de su padre, demostrando su amor entre ellas y las ganas de aferrarse a cualquier cosa para no ser consumidas por la misma casa.
“Mi personaje en ese momento vivía más consciente del momento presente, la botella era de papá, algo prohibido, algo que no se tenía que hacer, ella sabía que iba a compartir ese momento con su hermana, entonces no le importó lo demás, quizás sabía que su padre ya no iba a regresar, de esta manera asumía su realidad e manera objetiva, decidió darse como ese único momento de alegría que hay en toda la película”, nos contó Isabella Valera, actriz que interpreta a Julia.
De igual manera, Isabella nos cuenta que la locación le sirvió como un estímulo para lograr interpretar a un personaje tan complejo como Julia:
“En esta película jugó un papel importante el espacio, me dio muchísimos estímulos que me hicieron construir, por ejemplo las grietas, me hacían recordar el pasar de los años, la nostalgia por ese hogar que una vez fue de Julia y de su hermana, los objetos originales de la casa me ayudaron a descubrir qué cosas le gustaban a Julia, también la atmósfera de frialdad, de oscuridad, me ayudaron a construir ese estado de soledad”, dijo.
Finalmente, Ricardo Soto dice que el título de la película y la presencia de las moscas dentro de la cinta funcionan como una metáfora de la oscuridad y la muerte. “Las moscas siempre rondan los cadáveres, es un especie de leitmotiv, de pronto la utilización de las moscas a manera de metáfora, finalmente esa era nuestra idea global de la película”.
El Canto de las Moscas se presentará en la Ciudad de México en el Festival Black Canva, así como a nivel internacional en Austria e Italia.
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