- 27 de septiembre de 2024
Una secta cristiana persuadió a sus miembros para ayunar hasta morir con el supuesto propósito de encontrarse con Jesucristo. Aquí la historia completa
Ya son más de 400 los presuntos miembros de una secta cristiana en el sur de Kenia que perecieron después de ser persuadidos para ayunar hasta la muerte con el supuesto propósito de encontrarse con Jesucristo, informó la policía informó que y. Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados enterrados en un bosque, y el número de muertos se ha confirmado en 403, mientras que 95 personas fueron rescatadas con vida.
Además, se reporta que hasta el momento hay 613 personas desaparecidas, y se han recolectado cerca de 260 muestras de ADN de posibles familiares para identificar a los fallecidos. Las autoridades kenianas han llevado a cabo la cuarta fase de exhumaciones de las tumbas y fosas comunes encontradas en el bosque de Shakahola, ubicado en el condado costero de Kilifi.
La mayoría de los cuerpos de la conocida "masacre de Shakahola" han sido exhumados en ese extenso bosque de más de 320 hectáreas, mientras que solo unos pocos murieron en el hospital después de ser rescatados debido a la gravedad de su estado.
El 27 de junio pasado, el patólogo jefe del Gobierno, Johansen Oduor, informó que hasta esa fecha se habían examinado 338 cuerpos, de los cuales 117 correspondían a menores y 201 a adultos, mientras que 20 estaban en un avanzado estado de descomposición que dificultaba determinar su edad. Las autopsias también revelaron que todos los cuerpos mostraban signos de inanición, pero algunos, especialmente de menores, presentaban indicios de estrangulamiento y asfixia.
Las primeras investigaciones de la Policía sugieren que los fieles eran obligados a mantener el ayuno incluso si deseaban abandonarlo. Hasta ahora, se han detenido al menos 37 sospechosos por estos hechos, que han conmocionado al país, y más de veinte personas siguen bajo custodia policial, incluyendo al presunto líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie.
El ministro del Interior de Kenia, Kithure Kindiki, responsabilizó a las fuerzas de seguridad y a la Justicia de negligencia en una audiencia ante una comisión creada en el Senado keniano para investigar los acontecimientos. Según Kindiki, no se tomaron las medidas adecuadas frente a las denuncias previas presentadas contra Mackenzie, quien ya había sido detenido en marzo pasado tras ser acusado de la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero se le concedió la libertad condicional.
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