- 13 de septiembre de 2024
Los carteles mexicanos se han vuelto expertos en redes sociales para llevar su mercancía ilícita a Estados Unidos.
En los últimos meses, oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos que trabajan en los puertos de entrada del área de El Paso se han encontrado con personas que intentan contrabandear fentanilo oculto internamente en sus cuerpos. Siendo uno de los casos el de una mujer estadounidense de 31 años que intentó contrabandear 180 gramos de fentanilo a través de su cavidad vaginal.
La mujer que estaba cruzando a pie de México a Estados Unidos fue referida para una inspección secundaria donde un perro detector de drogas alertó sobre la presencia de narcóticos en la zona de su ingle. Los agentes la registraron y tras encontrar un abultado entre sus piernas, sacó un paquete de sus partes íntimas, el cual estaba envuelto en un condón y contenía 180 gramos del opioide que ha puesto al país norteamericano en la peor crisis de sobredosis de su historia.
Esta incautación es una de muchas de lo que los agentes llaman "portadores de cadáveres" que contrabandean fentanilo a través de la frontera. De acuerdo con las autoridades estadounidenses, los portadores pueden ser tanto hombres como mujeres y también esconden las drogas en sus rectos, debajo de chalecos o dentro de sujetadores; sin embargo, la táctica más común y eficaz es a través de cavidades vaginales.
Cabe mencionar que esta táctica no es nueva, ya que los contrabandistas que vuelan a Europa se tragan condones llenos de cocaína o heroína y los "cagan" después de aterrizar, pero a diferencia de estas sustancias que son distribuidas en envoltorios de un gramo de polvo disco, una pastilla fentanilo puede contener sólo un miligramo, o una milésima parte del peso, lo que equivale a grandes ganancias.
Los nuevos burros trafican fentanilo en sus partes íntimas
En septiembre del año pasado la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), dio a conocer que "los portadores de cadáveres" tienden a ser ciudadanos estadounidenses, a menudo de pueblos cercanos a la frontera de Texas, Arizona, California y Nuevo México, y en su mayoría suelen ser mujeres.
Los jóvenes son reclutados a través de redes sociales como Facebook, Telegram e Instagram por cuentas narco con decenas de miles de seguidores que muestran fotografías de autos llamativos, aviones privados y joyas. Si bien la mayoría de ellas son falsas, hay otras administradas por traficantes que envían mensajes a sus seguidores y los atraen al contrabando de fentanilo.
Aunque las autoridades han intentado rastrear las cuentas en Instagram para investigar los mensajes privados, necesitan de una orden judicial para hacerlo y los cárteles se apresuran a abrir y cerrar las cuentas para que la información quede desactualizada.
Otro de los obstáculos a los que se enfrentan es que cuando atrapan a los "portadores de cadáveres", normalmente proporcionan información poco útil, pues la mayor parte del tiempo no quieren hablar en absoluto y una vez que llaman a sus padres, hablan poco, pero muchos de ellos ni siquiera saben a quién pertenecen las drogas. Simplemente saben quién se lo dio y, por lo general, no es la persona la que nos beneficiará. Entonces ahí es donde está el problema.
Asimismo, los decomisos en la frontera han mostrado que la mayor parte de la droga, especialmente el fentanilo, ingresa a Estados Unidos a través de puertos de entrada y no por otras secciones de la línea fronteriza.
Con el enorme nivel de muertes por sobredosis, el tráfico de fentanilo se ha convertido en un tema político en Estados Unidos y en las relaciones con México y China. La crisis es tal que ha alcanzado proporciones catastróficas. El año pasado murieron más de 80 mil personas por sobredosis de opioides, la mayoría drogas sintéticas ilícitas como el fentanilo, más de siete veces más que hace una década.
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