Noé Hernández fue uno de los deportistas mexicanos que pudieron presumir haber ganado una medalla olímpica.
El marchista mexicano se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
Su vida culminó 13 años después de aquella tarde gloriosa, apenas a los 34 años de edad.
Noé Hernández, de la pobreza a la gloria olímpica
Noé Hernández nació en una familia que siempre padeció carencias, en Chimalhuacán, Estado de México.
Tuvo que trabajar como albañil para llevar dinero a su casa, aún así, nunca dejó la escuela.
"Me daban 50 pesos por colado", dijo en una entrevista para TV Azteca.
Su maestro de educación física lo animó, a los 14 años, para que practicara la marcha.
Noé Hernández entrenaba en terrenos baldíos cerca de su casa hasta que pudo ingresar al Centro Olímpico Mexicano.
Fue en 1997 cuando participó por primera vez en una competencia internacional en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo, en 1997.
Noé logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
Los juegos llegaron y la noche del 21 de septiembre, los mexicanos Bernardo Segura y Noé Hernández entraron al estadio olímpico en la primera y tercera posición, respectivamente.
Bernardo Segura atravesó la meta en primer lugar y Noé en tercero. México conseguía medalla de oro y bronce.