FEMINICIDIOS
Feminicidio de Maritza Espino: ofrecen recompensa por padrastro acusado de secuestrar a sus hijas
La Fiscalía de Michoacán ofrece recompensa para localizar al padrastro de las niñas desaparecidas tras el feminicidio de Maritza Espino en Uruapan
La investigación por el asesinato de Maritza Espino Ponce y la desaparición de sus dos hijas menores entró en una fase crítica.
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán emitió una ficha de búsqueda con recompensa contra Luis Felipe Duarte Gómez, identificado como pareja sentimental de la joven y considerado probable responsable del delito de secuestro agravado. El caso, ocurrido en Uruapan, mantiene en vilo a la comunidad por el riesgo que corren las niñas.
Recompensa y llamado urgente a la ciudadanía
La FGE determinó una recompensa de 100 mil pesos para quien aporte información "fidedigna, útil, veraz y oportuna" que permita la localización, aprehensión o detención del sujeto, conforme al Acuerdo Número 22/2025. Las autoridades solicitaron a la población comunicarse de forma anónima al 800 890 8106.
Luis Felipe Duarte Gómez, de 36 años, es buscado como presunto responsable de la sustracción de las menores.
De acuerdo con la ficha, es de complexión robusta, mide aproximadamente 1.70 m, pesa cerca de 85 kg, tiene cabello negro ondulado, ojos café, tez morena, barba y bigote en forma de candado y antecedente de cirugía por trasplante de riñón. La Fiscalía concentra la búsqueda en su paradero ante la gravedad de los hechos.
La desaparición que encendió las alertas
El caso inició el 24 de noviembre, cuando se reportó la no localización de Maritza y sus hijas, Sofía Camila (6 años) y Maritza Natalia (4 años), vistas por última vez alrededor de las 9:30 horas en la colonia Centro de Uruapan. Aunque se activaron las Alertas Alba y Amber, la investigación dio un giro trágico siete días después.
Peritos de la FGE localizaron el cuerpo de Maritza dentro de un tambo de plástico, abandonado en un canal cercano al Río Grande de la Ciénega. El cuerpo presentaba huellas de violencia, lo que reforzó la línea de feminicidio. Las niñas no estaban en el sitio. Desde entonces, su paradero es desconocido pese a las fichas activadas a nivel nacional.
Maritza tenía 28 años, era madre de dos niñas y, según su familia, había denunciado agresiones físicas, psicológicas y económicas. Intentaba romper definitivamente el vínculo con su agresor e incluso tramitaba medidas de protección que, de acuerdo con sus allegados, no se materializaron. Días antes de desaparecer, comunicó a su familia su intención de divorciarse. Las amenazas se intensificaron.
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