¿BORRARON LOS VÍNCULOS?
¿El asesino de colaboradores de Clara Brugada murió? Lo buscan en Semefos
Ximena y José fueron ejecutados a plena luz del día en una zona vigilada. Las autoridades ahora buscan un cadáver, ante la hipótesis de que fue silenciado para borrar pistas.
En una ciudad repleta de cámaras de seguridad, considerada uno de los centros más vigilados del país, dos figuras clave del equipo político de Clara Brugada fueron asesinadas con escalofriante precisión. El doble homicidio de Ximena Guzmán y José Muñoz, ocurrido el 20 de mayo cerca de la estación Xola del Metro, ha generado conmoción, dudas y un inquietante giro: las autoridades sospechan que el sicario fue asesinado tras cumplir su encargo.
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A plena luz del día, un hombre disfrazado de trabajador de la construcción se acercó sin levantar sospechas. En cuestión de segundos, disparó ocho veces contra Ximena y cuatro contra José, y luego escapó sin dejar rastro. Ninguna cámara captó su huida con claridad. Ningún operativo lo logró interceptar.
Buscan a sicario en Semefos
Dos semanas después del crimen, las autoridades siguen sin ofrecer una versión oficial del móvil, y tampoco hay personas detenidas. Pero el periodista especializado en crimen organizado, Óscar Balderas, reveló una línea de investigación que ha sacudido al círculo político capitalino, se está buscando al presunto sicario en los Servicios Médicos Forenses de estados vecinos.
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"Ya se inició una revisión en Semefos del Estado de México, Hidalgo y otras entidades cercanas, con la intención de identificar un cadáver que coincida con las características del asesino", explicó Balderas en una entrevista reciente. Según el periodista, esta práctica no es nueva; grupos delictivos como el Cártel de Sinaloa han ejecutado a sus propios sicarios para evitar filtraciones y asegurar el silencio.
Eliminar al tirador sería una forma de borrar cualquier vínculo con los autores intelectuales. "Sin sicario, no hay confesión. Y sin confesión, no hay responsables", puntualizó Balderas.
Más allá de la frialdad y crueldad del ataque, lo que realmente inquieta es el mensaje que parece enviar: la CDMX ya no es un refugio seguro.
"El mensaje que deja este asesinato es devastador", advirtió Balderas. "Cualquiera puede ser el siguiente. La sensación de protección que ofrecía la capital está rota."
Este atentado tiene, además, un fuerte componente simbólico, debido a que ha tocado a personas cercanas al círculo íntimo de la futura jefa de Gobierno no es un acto casual, sino una señal de poder y de impunidad.
Las víctimas: figuras clave en la campaña de Brugada
Ximena Guzmán se desempeñaba como secretaria particular de Clara Brugada, mientras que José Muñoz era su asesor político. Ambos eran operadores discretos pero fundamentales, con acceso privilegiado a la estrategia y los movimientos de la mandataria electa.
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Para el abogado penalista Gabriel Regino, el mensaje detrás del ataque no deja espacio para dudas: "Esto fue directo al corazón del poder político de la ciudad. No fue un asesinato al azar, sino una ejecución selectiva con intención clara".
Crimen meticulosamente planeado
La ejecución fue parte de un plan meticuloso. De acuerdo con videos difundidos por periodistas como Carlos Jiménez y Antonio Nieto, el asesino vigiló la zona días antes. El 14 de mayo, cuando solo llegó Ximena, no actuó. Esperó al 20, cuando ambos arribaron juntos al punto de encuentro.
Tras disparar, huyó caminando hasta una motocicleta donde lo esperaba un cómplice. Luego, cambiaron de vehículo al menos en dos ocasiones. Las cámaras solo captaron fragmentos de la ruta, sin permitir una identificación precisa. Se sospecha que el arma utilizada tenía silenciador y no cuenta con antecedentes forenses, lo que refuerza la teoría de que se trata de un asesino profesional.
La falta de avances, el silencio institucional y los indicios de una ejecución planeada con acceso a información privilegiada alimentan la percepción de que este podría ser un crimen de Estado, o al menos uno perpetrado con protección desde el interior de las estructuras de poder.
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