ALEJANDRO ARCOS
Temía por su vida: Las últimas horas del alcalde de Chilpancingo
Seis días después de haber asumido su cargo como alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, de 43 años, fue asesinado de manera brutal.
El pasado 3 de octubre, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, se presentó ante los medios de comunicación locales para hablar sobre el asesinato de su secretario general del Ayuntamiento, Francisco Tapia, quien había sido tiroteado a una calle del centro de la ciudad.
"Es muy doloroso, muy lamentable. Exigimos justicia para que este crimen no quede impune". Su mano derecha llevaba apenas tres días en el cargo; ambos habían asumido funciones el lunes 30 de septiembre como parte del nuevo Gobierno del PRI.
Un día después del asesinato de Tapia, el alcalde pidió que se reforzara su seguridad y la de su equipo de trabajo. Sin embargo, este domingo 3 de octubre, el propio Arcos fue asesinado en la capital guerrerense, que en los últimos años se ha convertido en el epicentro de una guerra entre grupos criminales, específicamente entre Los Tlacos y Los Ardillos.
Las últimas horas con vida del alcalde de Chilpancingo
El domingo, Arcos Catalán, quien fue impulsado por la coalición PAN, PRI y PRD, visitó algunas comunidades afectadas por el paso del huracán John, llevando agua y otros suministros a los residentes. "Estamos trabajando a marchas forzadas para reabrir los caminos en las comunidades afectadas", dijo en las redes sociales. "Juntas y juntos reconstruiremos Chilpancingo".
En imágenes difundidas en sus redes sociales se podía ver que el alcalde estaba acompañado de elementos de la Guardia Nacional, pero hasta el momento, se desconoce si sólo lo resguardaron en su recorrido o si lo acompañaron en sus posteriores traslados.
Horas después, su asesinato fue confirmado por la fiscalía general del estado y otras autoridades estatales, sin dar muchos detalles. El alcalde fue decapitado, su cabeza apareció a media tarde sobre el techo de una furgoneta blanca; el resto de su cuerpo estaba dentro del vehículo en el asiento del conductor.
Pasada la medianoche del 7 de octubre, la familia Arcos Catalán y Arcos Solís emitieron un comunicado sobre los hechos: "Con profunda tristeza, comunicamos el sensible fallecimiento de nuestro amado esposo, padre, hijo y hermano, Alejandro Arcos Catalán. Un hombre que siempre buscó la paz, cuya vida estuvo dedicada a servir y a velar por el bienestar de su comunidad y de sus seres queridos".
Hasta ahora se desconoce si Arcos había recibido algún tipo de amenaza previa a su homicidio. Sin embargo, se cree que podría tratarse de violencia político electoral que trascendió tras la toma de posesión y al inició de la administración.
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Grupos criminales detrás de la violencia en Chilpancingo, Guerrero
El caso de Arcos Catalán es hasta ahora el asesinato más espeluznante de un político mexicano desde la toma de posesión de Claudia Sheinbaum la semana pasada. Trajo a la memoria las tácticas utilizadas en los días más sombríos de la guerra contra el narcotráfico, cuando los criminales exhibían cadáveres descuartizados para atemorizar a la población.
La presidenta de México heredó muchos retos de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, siendo la violencia de los cárteles quizá la más preocupante, aunque ha minimizado repentinamente el problema durante la campaña electoral y desde que asumió el cargo.
Antes de las elecciones generales de junio, un total de 41 aspirantes a cargos públicos fueron asesinados en México, convirtiéndose en uno de los ciclos electorales más mortíferos de la historia reciente del país.
En los últimos años, Chilpancingo se ha convertido en el epicentro de enfrentamientos mortales entre cárteles rivales que luchan por infiltrarse y controlar la economía local. La ciudad fue gobernada por el partido Morena, bajo la administración de la presidenta, hasta la elección de Alejandro Arcos Catalán, candidato de una coalición de partidos de oposición.
Arcos sustituyó a Norma Otilia Hernández, quien fue destituida de Morena aproximadamente un mes antes de finalizar su mandato como alcaldesa, tras la difusión de imágenes y grabaciones de audio que mostraban su reunión con el líder de un grupo delictivo local. Hernández reconoció posteriormente el encuentro, calificándolo de "fortuito", y alegó ser víctima de una persecución política.
"Siempre hemos hablado de un proyecto de paz como ciudadanos. Ha sido nuestra bandera, nuestra propuesta. Y eso es lo que aspiramos", declaró Arcos Catalán en una entrevista radiofónica tras el asesinato de sus compañeros. En ese momento, pidió a las autoridades estatales y federales que protegieran a él y a su equipo: "Los necesitamos. Los necesitamos para poder salir adelante".
