- 01 de octubre de 2024
El senador del PAN desafía a su partido y permite que el oficialismo alcance la mayoría para ratificar la polémica enmienda constitucional impulsada por López Obrador.
En una jornada de alta tensión política en el Senado, el panista Miguel Ángel Yunes Márquez ha tomado una decisión que marcará su carrera política y el futuro del sistema judicial mexicano. A pesar de la presión y las críticas de su propio partido, el senador anunció su respaldo a la reforma judicial propuesta por Morena, inclinando la balanza a favor del oficialismo.
Entre aplausos de sus adversarios políticos y las descalificaciones de sus colegas panistas, Yunes Márquez ofreció un discurso en el que defendió su voto como una oportunidad para perfeccionar el sistema de justicia en México, mientras su decisión generaba una tormenta en el seno de la oposición.
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La decisión que definió la sesión del Senado
La segunda parte de la sesión vespertina del Senado, celebrada el 10 de septiembre de 2024, será recordada como una de las más decisivas en la historia reciente de la política mexicana. La aprobación de la reforma judicial, una de las más controvertidas propuestas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, parecía imposible sin un último voto que asegurara la mayoría necesaria.
Ese voto llegó del lugar menos esperado: el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Miguel Ángel Yunes Márquez, cuya posición en días anteriores había sido motivo de rumores y especulaciones, incluso compañeros de su bancada habían manifestado que la traición no se daría por parte de alguien que tenían considerado como un personaje fuerte dentro de su partido.
Yunes Márquez confirmó lo que ya se comentaba entre los pasillos del Senado: apoyaría la reforma judicial. Su discurso resonó en el recinto, mientras sus compañeros del PAN intentaban interrumpirlo con gritos y recriminaciones. "Ni México se va a destruir si se aprueba la reforma, ni la reforma cambiará automáticamente un sistema de justicia que necesita un cambio profundo", declaró, defendiendo su decisión como un acto de responsabilidad política.
En medio de una intensa polarización, el legislador panista reconoció que la reforma propuesta por Morena no era perfecta, pero aseguró que su implementación podría ser mejorada en leyes secundarias, y que su voto a favor abría esa puerta de negociación, dando así el gran paso de la aprobación para la misma.
La celebración de Morena y la división en el PAN
El bloque oficialista, compuesto por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), celebró la declaración de Yunes Márquez como una victoria clave. "¡La reforma va, la reforma va!", coreaban los legisladores oficialistas en la Antigua Casona de Xicoténcatl, sede temporal del Senado tras las manifestaciones. Con el voto de Yunes Márquez, el bloque sumaba los 86 sufragios necesarios para ratificar la enmienda constitucional.
Desde el lunes, el senador había dejado de tener contacto con sus compañeros panistas, lo que encendió las alarmas dentro del bloque opositor. Las sospechas aumentaron cuando el mismo Yunes solicitó licencia de su escaño, argumentando problemas de salud. Sin embargo, la sorpresa fue mayor cuando su suplente resultó ser su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz y feroz crítico del presidente López Obrador.
El regreso del senador Yunes Márquez al recinto legislativo, sin mostrar señales de su supuesta enfermedad, terminó de confirmar las especulaciones. La división dentro del PAN era evidente, y su líder, Marko Cortés, no ocultó su descontento ante la situación, especialmente tras un altercado con Yunes Linares.
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Un voto bajo presión y el rechazo a las imposiciones
En su discurso, Yunes Márquez fue claro al señalar que había recibido presiones, no desde Morena, sino desde su propio partido, para votar en contra de la reforma. "Nunca había visto en el PAN un intento tan burdo de imponer una postura sin discusión, sin debate, solo porque se decidió ir en contra de la mayoría", afirmó. Su decisión fue el resultado de un análisis profundo y no un acto de traición.
Yunes Márquez defendió que, aunque se considera un opositor al actual gobierno, su postura es la de un "opositor racional" que prefiere buscar soluciones y contribuir a la estabilidad política, en lugar de fomentar un ambiente de enfrentamiento constante. "No se trata de votar ciegamente en contra de todo lo que proponga el gobierno. México necesita cambios en su sistema de justicia, y aunque esta reforma no es perfecta, abre una puerta que podemos mejorar en el futuro", sostuvo.
El trasfondo de la alianza inesperada
El apoyo de Yunes Márquez a la reforma judicial ha sido interpretado como una jugada política calculada tanto por parte de Morena como del propio clan Yunes. Si bien la relación entre Yunes Linares y López Obrador ha sido históricamente tensa, con acusaciones de corrupción de por medio, la política mexicana ha demostrado ser un espacio donde las alianzas inesperadas pueden surgir en los momentos más cruciales.
A lo largo de su carrera, Yunes Linares ha sido un férreo opositor del presidente, mientras que su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, ha intentado mantener una postura más moderada dentro del PAN. Esta decisión, aunque vista como una traición por muchos de sus correligionarios, refleja la estrategia de Yunes Márquez de buscar una posición política más centrada, especialmente en un momento de transición hacia la administración de Claudia Sheinbaum.
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